Sesgo de género entre economistas y soluciones
Existen artículos que demuestran que el progreso de las mujeres economistas se ha congelado en los últimos 20 años
Existen artículos académicos que muestran que el progreso de las mujeres economistas en el mundo académico se ha congelado en los últimos 20 años. Algunos de los factores que contribuyen a esta falta de progreso son las diferencias en las evaluaciones profesionales de hombres y mujeres que resultan en sesgos a la hora de promocionar a las mujeres; mujeres con currículos y características similares a las de los competidores hombres tienen menores probabilidades de ser promocionadas a las posiciones de profesor permanente así como a las de catedrático.
La evidencia para EEUU muestra que, 10 años después de recibir el doctorado, las mujeres economistas tienen un 21% menos de probabilidades de tener una posición permanente en una universidad y las diferencias en productividad entre hombres y mujeres solo explican una pequeña parte de esta brecha. Un estudio reciente muestra que estos sesgos de género existen ya en etapas muy tempranas de la profesión. Los autores utilizan datos de alumnos que estudian varias carreras en Chile para mostrar que esta discriminación hacia las mujeres ya existe en los estudiantes de economía respecto a los estudiantes de otras disciplinas. Mediante cuestionarios que permiten medir ciertas actitudes de género, el estudio comprueba que los estudiantes de economía ya tienen sesgo de
género en el primer año de carrera. Además, este va aumentando con los años de estudio. En el último año de carrera, los estudiantes de economía son sustancialmente más sesgados en cuestiones de género hacia las mujeres que los de otras disciplinas como las ingenierías, la contabilidad o el derecho. Para terminar con una nota «positiva», el estudio también demuestra que una parte importante de las diferencias en el grado de discriminación por género de los estudiantes de economía se debe a que están expuestos a muchas menos profesoras universitarias (mujeres) respecto a las otras carreras. Así que las medidas a implementar por la profesión parecen claras, sobre todo teniendo en cuenta la discriminación que se ha comprobado que existe a la hora de promocionar a mujeres economistas hacía posiciones estables en la universidad; es decir, no es una cuestión de diferencias en calidad o en productividad.
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