El Periódico - Català - Dominical
Dignidad
Alguien, antes de que llegue a sembrarse siquiera la sospecha de que puede ser un pelele de otros, fulmina cualquier interpretación en ese sentido declinando el alto nombramiento para el que se le propone. Una insólita lección de dignidad, como pondera uno de nuestros lectores, que pone en su justo sitio unas cuantas cosas. En primer lugar, el empaque y la calidad ética del «guasap senatorial» –ingeniosa combinación verbal– o «guasap a lo bonzo» que precipita los acontecimientos. En segundo lugar, el valor profesional de quien ostenta una posición por su brillantez indiscutida, y no por ser un mero tributario de los untuosos favores del poder. Cuanta más gente sea quien es por lo que ha demostrado que es capaz de hacer y de seguir haciendo, menos pasteleo habrá de quienes solo deshacen. La calidad humana, profesional, ética y jurídica de tan brillante y destacado jurista es un ejemplo. Lo grave es que los vergonzosos cambalaches políticos salpican al Supremo y le colocan en una difícil tesitura.