El Periódico - Català - Dominical
La visita al ginecólogo.
Los testimonios que leí en XLSemanal impresionan. Pero no son los únicos. Hace tiempo me detectaron una tasa alta de PSA y otra muy baja de PSA relativo. Le comento al urólogo lo de la cifra baja y me responde brutalmente que cuanto más cerca de cero esté esa cifra, más alta es la posibilidad de un cáncer de próstata. Sin darme tiempo a asimilar la noticia, me dice que hay que hacer un tacto rectal para confirmarlo, y me lleva a una sala anexa. Una puerta que da al pasillo está entreabierta. Comienza la exploración y siento que busca la próstata en mi interior de forma brutal. En vez de mirar a otro lado, me mira fijamente a no más de diez centímetros de mi cara. Cuando termina, me dice que hay que hacer una biopsia. Pregunto si se apoyará en alguna máquina para más precisión y casi se ríe. Busqué una segunda opinión con un eminente profesor en Francia. Repitió las pruebas, con respeto absoluto a mi intimidad. Me operaron en Burdeos, con ayuda del robot Da Vinci, y no me ha quedado ninguna cicatriz. La única, el desagradable recuerdo del trato recibido por el médico de la (in)Seguridad Social.