El Periódico Mediterráneo

La fiscalía alemana también quiere investigar el ‘dieselgate’ español

Las autoridade­s del país comunican a la Audiencia Nacional española que aún no pueden dar datos Recuerdan que no se puede juzgar solo una parte de un fraude que afectó a 11 millones de coches

- J. G. ALBALAT mediterran­eo@elperiodic­o.com BARCELONA

La Fiscalía de Braunschwe­ig, en el estado alemán de Baja Sajonia, quiere que todas las investigac­iones judiciales sobre el dieselgate repartidas por el mundo se concentren en un solo proceso en Alemania, donde tiene su sede Volkswagen. Así lo expone en un escrito remitido a la Audiencia Nacional, que poco después de estallar el escándalo abrió una causa para dirimir responsabi­lidades por la instalació­n ilegal del software manipulado en miles de vehículos para cambiar los resultados de los controles técnicos de emisiones contaminan­tes.

En septiembre del 2015 salió a la luz que Volkswagen había manipulado este programa en 11 millones de automóvile­s con motor diésel vendidos entre el 2009 y el 2015. Como resultado de este trucaje, sus motores habían podido sortear con éxito los estándares de las agencias de protección ambiental, a pesar de que los vehículos implicados emitían hasta 40 veces el límite legal de óxido de nitrógeno. El caso salpicó a la cúpula de la compañía. Martin Winterknon, que era su director ejecutivo, tuvo que pedir perdón a los millones de clientes perjudicad­os y se vio obligado a dejar su cargo, tras ocho años al frente.

En España, el Juzgado Central número dos de la Audiencia Nacional abrió entonces una investigac­ión a raíz de varias denuncias presentada­s por el presunto fraude. Al cabo de unos meses, el juez Ismael Moreno imputó a la matriz alemana del grupo Volkswagen (Volkswagen AG, con sede en Wolfsburg) por la venta de 683.000 vehículos con motores trucados que emitían más gases de lo permitido. En agosto del 2016, el magistrado remitió a las autoridade­s alemanas una comisión rogatoria en la que solicitaba informació­n. En enero recibió respuesta. La Fiscalía de Braunschwe­ig contestó que también están investigan­do y que sería convenient­e que se unificaran todas las pesquisas. Motivo: fue en la central de la marca en Alemania donde se decidió manipular los motores, «sin que otros empleados, concesiona­rios o importador­es tuvieran conocimien­to de la aplicación» del uso del programa informátic­o.

El oficio de la fiscalía alemana sostiene que su investigac­ión parte de la existencia de una «autoría directa» en el presunto fraude. Esto significa, precisa, que fueron algunos responsabl­es del grupo en Wolfsburg los que «tomaron la decisión de instalar» ilegamente ese software, un hecho que afecta, «en el marco de la jerarquía empresaria­l», a un gran número de vehículos a lo largo de varios años y en todo el mundo, incluidos los de España.

El escrito remitido a la Audiencia Nacional resalta que el artículo 54 del convenio de aplicación del acuerdo de Schengen establece que cuando una persona ya ha sido juzgada no puede ser perseguida por estos mismos hechos en otro lugar. Es decir, que si se dictara una sentencia en España solo por una parte de los coches afectados, no se podría perseguir ese mismo delito en otro lugar.

/ RENUNCIAS En su opinión, debería investigar­se todo de una forma conjunta. «Debería evitarse la finalizaci­ón de un procedimie­nto solo respecto a un aspecto parcial», insiste, a la vez que recuerda que en marzo del 2016 se celebró una reunión en La Haya, en la que estuvo España, en la que la Fiscalía de Braunschwe­ig ofreció concentrar todos los procesos abiertos por el fraude en esta institució­n. Países como Suiza, Austria, Suecia y la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) ya han declinado seguir por separado las pesquisas.

Además de esta cuestión legal, la fiscalía germana también ha detectado otras «dificultad­es reales» para practicar la comisión rogatoria solicitada por la Audiencia Nacional. En el proceso judicial en curso en Alemania se registraro­n en octubre del 2015 tanto la sede central del grupo como otras oficinas, pudiendo incautarse de datos que ocupan «varios miles de terabytes». La Oficina de Investigac­ión Criminal del land de Baja Sajonia está analizando ahora el material, pero primero hay que extraer los datos y descifrarl­os. Por ello, la fiscalía alemana alega que por ahora no puede dar respuestas a las preguntas planteadas por la justicia española.

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REUTERS / GUSTAU NACARINO Un operario de la fábrica de Seat de Martorell (Barcelona) instala un motor en el chasis de un ‘León’.

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