“LO QUE MÁS ME GUSTA ES LA LUZ NATURAL”
Es posible que a los admiradores del fotógrafo italiano Massimo Vitali (Como, 1944) no les sorprenda demasiado conocer el impresionante espacio en el que vive. Sus célebres fotografías panorámicas que captan a multitudes disfrutando de un ocio masificado en playas, piscinas, pistas de esquí... -imágenes que captura siempre aupado desde una plataforma de 4 m de altura-, nos hablan de un artista que ama los puntos de vista elevados y busca siempre una perspectiva diferente. Y así lo ha hecho al elegir como vivienda una capilla del siglo XIV, con techos abovedados y paredes desconchadas de 12 m, que parecen susurrar su historia de seis siglos, situado en la localidad de Lucca, en La Toscana. Desde hace dos años vive allí con su esposa, la historiadora de joyas Annette Klein, y su hijo Otto, tras una reforma que duró 18 meses y cuyo objetivo fue hacer habitable un recinto que había permanecido vacío durante años. “Estaba en un estado terrible, las paredes y los techos en muy malas condiciones, había agua por todos lados...”, nos cuenta.
En un seductor contraste, las vetustas paredes y el techo de la nave dialogan con los coloristas muebles de estilo contemporáneo que ha elegido Massimo, todas piezas que adquirió en la fábrica de Edra en Perignano, conocida por su rompedora estética. El asiento de cuero
Aguapé, de los Campana, la pareja de sillones Sponge, de Peter Traag, y las sillas que rodean la mesa del comedor, son todas de esta firma.