“SIEMPRE HE AMADO LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LA ESPONTANEIDAD”
En la última década, después de vivir y acondicionar, junto a su marido Pierre, una antigua fragua en París y una vieja escuela en el campo, al sur de la ciudad, la restauración del castillo ha sido un reto importante, aunque no eran noveles. Situado en pleno corazón de Francia, es el resultado de un trabajo en equipo. Pierre, que dejó su profesión de profesor en una escuela elementaria, se ha encargado, de forma autodidacta, de realizar todos los oficios que han sido precisos para restaurar el edificio: herrero, carpintero, albañil... Mientras, Claire optó por dar un total look al castillo tratando los tabiques como lienzos gigantes, con la intención de pintar cada habitación con un tema diferente. “Nunca pensé que mis pinturas serían las claras protagonistas. Quería conseguir la sensación de estar inmerso en un bosque”, comenta. ¡Y lo ha conseguido! Uno camina por el jardín y el bosque circundante y aprecia rincones, ramas, flores que luego se encuentran cuando traspasa los muros de piedra de una antigua edificación que habrá vivido miles de historias y ahora es como una inmensa galería de arte en construcción. Por este proceso han pasado ya diez habitaciones, cuatro se encuentran inprogress y “el paso del tiempo nos mostrará cuál es el resultado final”, indica la creadora. Tanto a Claire como a Pierre les encanta esta unión de dos, lo llaman two-togetherness y lo que les apasiona es también que el jardín y las estancias se llenen de invitados. “Un fin de semana llegamos a alojar hasta 500 personas que vinieron a ver mis obras”, dice Claire desbordante de la energía vital que ha hecho posible esta aventura.