LA VIDA EN LA GRANJA
Una auténtica caja de sorpresas. Así es esta construcción de la Aquitania francesa que los arquitectos Olivier Martin y Virginie Graviere transformaron de granja a vivienda minimal, con un cóctel de estilos inesperado.
El comedor nómada. La zona de comer exterior en el gran porche se equipó con una mesa diseñada por Stephane Quatresous, para Atelier 154, y sillas vintage adquiridas en un mercadillo parisino. Piscina lineal. En la parte de detrás se construyó una piscina, de 16x4,5 m, como alternativa a los baños en el río. Asientos singulares. Un sofá de hierba, de un mercadillo en Rungis, se acompaña con sillas retro compradas en Londres y una mesita de los 60, de una tienda vintage de París.
Françoise nunca imaginó que acabaría viviendo en una granja que, en otro tiempo, estuvo dedicada al ganado y al secado de ciruelas. Pero el destino es caprichoso. Ella quería instalarse en el campo aunque en una vivienda moderna, minimalista y en la que el cristal fuese uno de los grandes protagonistas. Así que adquirió un terreno suavemente inclinado hacia el río Lot, en la región francesa de Aquitania, y contactó con los arquitectos Olivier Martin y Virginie Graviere, con estudio en Burdeos, para que diesen forma a sus sueños. El problema fue que el Concejo de Castelmoron sur Lot, responsable de las obras en la zona, no aprobó el proyecto por no ser una construcción tradicional. Y ahí intervino el destino en forma de vecina que le ofreció a Françoise la opción de comprar un terreno anexo en el que ya se asentaba un gran edificio rural que podría reformar. Cazó la oportunidad al vuelo y dio a Martin y Graviere las instrucciones para renovar la granja. El resto, como ella dice, ya es historia.