“UNA COLECCIÓN DE MUEBLES DE DISEÑO FUNCIONA MUY BIEN EN UNA CASA DE AIRE CLÁSICO”
Los propietarios restauraron elementos originales de la construcción del siglo XIX, como los suelos y las molduras. En un rincón del salón, bajo una lámpara diseñada por los galeristas, mesita inglesa de roble con jarrones de mármol daneses. Taburete actual con labios de Fornasetti editado por el hijo del diseñador.
Entre una pareja de butacas de Ejvind Johansson, mesa de Albert Larsson para Alberts Tibro. Detrás, sobre aparador de Tim Bates para Pieff, jarrón de Eva Staehr y lámpara
sueca. A su lado, mesita de Jorgen Kastholm y Preben Fabricius, con lámpara de Christian Dell.
Los visitantes se rodean e interaccionan con las piezas. En la otra página, en el salón, mesa de centro sueca alfombra persa tratada químicamente y sofá de Carl Malmsten, con
>molduras y ventanas o la chimenea de mármol de Carrara. Con este telón de fondo, los galeristas ponen en escena sus propuestas. “Utilizamos los volúmenes, la luz y el ambiente de nuestra casa para enseñar a nuestros clientes las piezas. Les ayudamos con nuestra experiencia y les mostramos, por ejemplo, a qué altura deben colgar una lámpara sobre una mesa de comedor; cómo mezclar iconos del diseño con piezas menos conocidas o qué materiales funcionan bien juntos”, afirman. Aunque a la hora de seleccionar los ejemplares para su acervo, aseguran no atenerse a un estilo o a apellidos, se percibe su devoción por la artesanía tradicional, por las piezas de creadores europeos de mediados del XX, con especial debilidad por los nórdicos, y por accesorios y arte anónimos. “Coleccionamos objetos que nos gustan, que estén en óptimas condiciones o que puedan restaurarse y centramos nuestra selección en aquellas piezas que contribuyen a formar un todo coherente”. En este interior viven, trabajan y ejercen de anfitriones. “Utilizamos nuestra casa para conversar con aquellos que comparten con nosotros el amor por coleccionar diseño, ya sean decoradores, arquitectos o particulares”. En este punto de encuentro, la pareja continuará demostrando cómo es posible encontrar el equilibrio entre la belleza y la funcionalidad y transmitiendo su pasión a sus invitados.
Sobre el aparador, de Johannes Andersen para Hans Bech, bol de Poul Kjaerholm; lámpara, de Jo Hammerborg para Fob & Morup; candeleros, de Pierre Forsell para Skultuna, y lámpara, de Kaiser Leuchten. En la pared, entre apliques de Carl Fagerlund para Orrefors, obras de Gary Shead.
En la otra pág., entre el comedor - amueblado con mesa y sillas de Jacobsen que edita Fritz Hansen-, y la cocina, el sofá
de Carl Malmsten, con el taburete modelo de Ilmari Tapiovaara.