KELLY WEARSTLER
DISEÑADORA DE INTERIORES
Considerada por muchos como heredera de estilo de Tony Duquette (el mítico interiorista de los años dorados de Hollywood), Kelly Wearstler derrocha talento para las mezclas imposibles en ambientes donde el “más es más” se convierte en seña de identidad. La reina del interiorismo norteamericano ha decorado las casas de numerosas celebs y glamourosos hoteles. Además, diseña desde muebles y lámparas hasta textiles y esculturas. kellywearstler.com
Ella es sexy, cool y sofsticada. Y sus propuestas de interiorismo que apasionan a las celebs de la costa oeste refejan su estilo. Para su refugio de fn de semana en Malibú Kelly Wearstler cinceló una puesta en escena inspirada en los años 70, en la que los muebles y la paleta de color están pensados para no restarle protagonismo a las imponentes vistas del océano Pacífco. La elección de la casa fue amor a primera vista. “Lleva su tiempo encontrar la casa adecuada, donde sientes buena energía. Nosotros supimos de inmediato que era ésta. Tiene la roca más maravillosa en el océano, justo enfrente de casa: una escultura de la madre naturaleza para que disfrutemos cada día”, nos cuenta Kelly, y añade: “adoro su distribución diáfana y abierta; tiene una luz magnífca y las habitaciones fluyen de forma natural una en otra”. Para decorar la vivienda, Kelly volvió la vista atrás en el tiempo. “La atmósfera de esta casa está muy inspirada en el vintage de los 70 en California. Esa cultura de Malibú, de playa, surf y skate que es tan auténtica y espontánea, además de cool y glamourosa”. Pero trasladar esa visión a espacios que van a ser vividos por una familia, requiere mucha atención a los detalles. “Mi trabajo como diseñadora de interiores consiste en ser buena escuchando y pasar la visión de mi cliente a través de mi fltro. En este caso, el cliente era mi familia. Cuando decoro para mis hijos, pongo mucha atención en elegir tejidos y diseños que puedan resistir sus “sesiones de lucha libre”. Y el peso de las cosas es siempre un factor a tener en cuenta; por eso, elijo esculturas que son robustas y poco delicadas”. El resultado es una casa que destila personalidad y se integra de forma espontánea en el entorno. “Es relajada, elegante, con un guiño al vintage histórico. Empecé con una paleta neutra de tonos suaves, colores naturales y orgánicos inspirados en el paisaje costero. Quería que el océano fuese el color primario en el espacio. Los blancos serenos y las maderas exquisitas resaltan los cambios del océano. Cuando entras, los ojos se ven atraídos de inmediato por las vistas. Dependiendo del día, el mar puede ser gris pizarra o azul intenso. Una paleta neutra de color es algo en transición; permite que las vistas sean el centro del escenario”. Defnitivamente es una casa que lleva el sello Wearstler y refeja por completo su propio estilo personal, marcado por un juego constante de combinaciones aparentemente antagónicas. “Mi estética tiene que ver con las mezclas, la yuxtaposición de lo contemporáneo y lo clásico, masculino y femenino, en bruto y refnado. La tensión de los opuestos ha sido siempre muy sexy para mí. Quiero contar una historia que sea aventurera, inesperada y especial”. Y el fnal de esta historia llega al caer el sol:“el mejor momento para disfrutar de mi casa es el crepúsculo. Adoro contemplar la puesta de sol sobre el Pacífco. Su belleza nunca envejece”.