En la península de Yucatán, en México, es donde el creador francés Emmanuel Picault ha puesto en valor una mansión en ruinas.
¿Qué pasa cuando un diseñador francés, enamorado de México, descubre una mansión del s. XIX en ruinas oculta en la jungla maya? Emmanuel Picault devuelve el esplendor y la vida a la Hacienda Xucu. ¡Chapeau!
Con la misma veneración por el pasado y respeto a la huella del tiempo que profesa un restaurador cuando preserva la esencia de una obra, el francés Emmanuel Picault acometió la reforma de esta mansión oculta en lo más profundo de la jungla maya, la Hacienda Xucu, en la Península de Yucatán, al sureste de México. El diseñador galo se la encontró tras media hora de recorrer en coche la espesura del bosque tropical, y quedó deslumbrado por su decadente belleza. Edifcada en 1830 por una familia de origen vasco, sus 5.000 m2 construidos, rodeados de cinco hectáreas de exuberante parque y de 1.000 hectáreas de tierras, nos hablan del esplendor de una hacienda que vivió su época dorada durante el auge de la explotación de la fbra de sisal. La aparición de materiales sintéticos propició la caída de la actividad productiva. La Hacienda Xucu detuvo la producción en 1950 y fue abandonada en 1970. En ruinas, invadida por la vegetación salvaje, la casa estuvo a punto de ser puesta a la venta por sus actuales propietarios mexicanos. Dos palabras clave guiaron el proyecto de Emmanuel: “rescatar” y “transmitir”. La consigna fue preservar los elementos originales, dejando que los vestigios del pasado y las marcas del deterioro quedaran a la vista, para poner en valor su esencia y el relato de su historia. “Con ayuda de trabajadores de los pueblos maya vecinos se retiraron toneladas de escombros, separando del mortero las piedras labradas o de buen calibre; los plafones derruidos se retiraron del suelo. También se recuperaron las vigas de maderas tropicales que podían ser reutilizadas, y las piedras labradas se volvieron a tallar a mano para formar las galerías de columnas. Las paredes de contención se levantaron nuevamente y aquellas que se habían conservado fueron respetadas y estabilizadas”, nos detalla Emmanuel. Los suelos originales, incluso aquellos incompletos y deteriorados, fueron conservados. Una puerta de madera original de la casa sirvió de modelo a ebanistas locales para realizar otras 90 idénticas que fueron instaladas en una casona que incluye una zona noble con nueve dormitorios y varios salones, una galería de 50 m de longitud, una gran cocina, situada en el viejo cuarto de máquinas donde se trataba el sisal, y hasta una capilla. Magnífcas terrazas con fuentes de agua y jardines con preciosas especies autóctonas, son disfrutados por sus actuales dueños, quienes también la alquilan para eventos muy especiales. La reforma duró tres años, incluida la ardua búsqueda de las piezas de mobiliario que hicieran justicia a una caja tan singular. Una exquisita selección de antigüedades y objetos contemporáneos procedentes de Chicbyaccident, la galería y tienda de Emmanuel, piezas de anticuarios, además de muebles o realizadas a mano por artesanos locales, completan una decoración que, sin duda, hace honor a los viejos tiempos.