PISCINAS DE INTERIOR
Nlook o sé qué televisión o qué películas de Hollywood vería el millonario señor Hearst (Ben-hur no era, que se rodó después), que cuando a finales de los años veinte se construyó con desaforada opulencia su castillo californiano, incluyó una inefable piscina interior “romana” tomando como modelo a las termas de Caracalla. Todos los que como Clark Gable o Carole Lombard se zambulleron en ella quedaban totalmente “epustuflados” por el esplendor de sus mosaicos azules y dorados. Cary Grant no creo, porque él era inglés. En fin, menos mal que nos quedan ejemplos de grandes diseños resultado de los nuevos modos de vida que trajeron los avances técnicos del siglo XX, una época en la que se celebró el culto al cuerpo humano, la salud y el bienestar. Entre las más significativas se encuentra la piscina de la Villa Noailles, en la localidad de Hyères, en la francesa Costa Azul. La casa la diseñó el arquitecto Robert Mallet- Stevens en 1923 para una pareja que eran los modernos de la época: Marie-laure y Charles de Noailles, y se convirtió en visita obligada de artistas, cineastas, músicos o escritores del momento, entre ellos Dalí, Cocteau o Giacometti.
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