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omo en un juego de opuestos complementarios en este singular apartamento parisino del distrito XVII se dan cita un alma antigua con un espíritu joven, un envoltorio clásico con un contenido moderno, sobrios materiales nobles con diseños de formas ocurrentes y divertidas... Piezas de un puzle que aparentemente resultan dífciles de encajar pero que se van acoplando con maestría para lograr un todo equilibrado, armónico y de marcada personalidad. Los artífces de este delicado proceso de ensamblaje han sido el interiorista Oscar Lucien, fundador y director artístico de Maison Numero 20, y la arquitecta e interiorista Karim Ceballos, fundadora y directora de KJS. “Era necesario conservar el alma de un apartamento con elementos clásicos como las molduras aportando al mismo tiempo un aspecto más actual. Esta era la primera complejidad del proyecto pero a la vez la que aportaría un resultado único,” nos cuentan. “Nosotros deseábamos diseñar un apartamento que integrara nuestra época contemporánea realzando al mismo tiempo las líneas de la arquitectura haussmaniana más representativas del siglo XIX con la vivacidad y los colores del pop art de una manera refnada y ecléctica.” Cuando la visión previa de arquitectos e interioristas se aproxima tanto a las peticiones del cliente, el desenlace es un rotundo éxito. “El propietario de este apartamento es un hombre de negocios dotado de una fuerte personalidad, que deseaba traducir esa fuerza a través de la valorización de grandes volúmenes en los cuales se mezclaran materiales nobles, cálidos y fríos, formas curvas y sensuales (mobiliario) y geométricas estrictas (muros y suelos). Estas asociaciones dieron un resultado a su imagen: una gran potencia llena de sutilezas.”
Un vidrio opaco sobre el cabecero separa el dormitorio y el cuarto de baño. A su alrededor, revestimiento mural realizado en cuero y ante por Priante. La mesilla en laca es de Meridiani, la butaca de Hamilton Conte, el jarrón de Olivier Gagnère y los textiles de Dedar. En un rincón del dormitorio, escritorio a medida en madera de sucupira de Sudáfrica, a juego con el armario en la misma madera y cuero. La butaca es el modelo Élysée de Rosello; la obra fotográfica es Misskim, de Eric Lafforgue (galería La Hune) y el jarrón es una pieza de Olivier Gagnère.
>“Cada cliente tiene demandas específcas, sueños, deseos…escucharlo es muy importante para poder entender sus necesidades y exigencias. La libertad y la confanza que se genera entre las dos partes es la simbiosis que nos permite crear con armonía a su imagen y a la nuestra. Escuchar pero al mismo tiempo atreverse a hacer mezclas y proposiciones tanto inesperadas como sorprendentes.” Y así, con estas claves en la cabeza, este apartamento de espacios abiertos y luz natural a raudales se llenó de piezas icónicas como la butaca Up de Gaetano Pesce, el sofá Boa de los Campana, las sillas y mesas Platner, la butaca Bird de Bertoia... de arte divertido, como el lienzo de Haring o el revestimiento inspirado en Lichtenstein y de materiales nobles como el mármol rojo, el cristal de Murano, la madera de sucupira o el cuero. Oscar y Karim se muestran muy satisfechos con el resultado global de este proyecto, pero ¿se decantan por algún rincón favorito? “Es difícil de responder porque cada ambiente fue diseñado de una manera única”, puntualizan. Pero fnalmente confesan “nos encanta particularmente la interacción entre los dos salones, la entrada y la cocina que forman un espacio de gran convivencia. Y también el dormitorio principal por su lado femenino y masculino… Al fnal, cada espacio es diferente pero son indisociables.”