´ QUE, ´ CUANDO, ´ COMO ´ Y DONDE

"Yo no hablo de colores, sino de tonos", así me respondió Pascua Ortega, maestro de interioristas, cuando le pregunté cuál era su favorito. Entonces lo entendí todo, los diseñadores que llamamos audaces no lo son porque usen tal color u otro, sino por la intensidad con que los emplean. Rojo, turquesa, naranja, verde..., están en sus cajas de herramientas pero dar con el punto justo... ¡ah, querido!, ahí está la sabiduría. Hasta para crear una decoración total white hay que saber, igual que en el bolero, qué, cuándo, cómo y dónde. Los grandes arquitectos e interior designers los han empleado siempre, al margen de tendencias y de las propuestas circunstanciales del mercado, a ellos no les importaban los crudos y tostados de los años noventa ni se fijan en el cargante rosa lady del momento. ¿En qué se guían entonces? Tras ver muchos, pero muchos, muchos proyectos, he llegado a la conclusión de que los mejores eligen la paleta de un trabajo por los colores que favorecen a la casa, como si de una persona se tratase. Cada una tiene sus luces propias, sus oscuridades, sus proporciones y perspectivas, su historia y localización en el mundo... Así las cosas, me fascina nuestra portada, un recibidor firmado por Luis García Fraile que supone la antesala al gran ejercicio de libertad que es su propia vivienda. Me hipnotiza también el golpe rojo entre las lavandas que impone la escultura de Corberó, un grito de alegría en el paisaje mediterráneo. ¿Y cómo no hacer una llamada de atención hacia el mural pintado por Gino Rubert en el singular piso barcelonés que traemos a este número? La especial mirada de este artista, al que muchos conocimos por sus impactantes portadas de la serie Millenium de Stieg Larsson, consigue una llamativa ruptura cromática en la clásica arquitectura de principios del siglo XX. Sí, el color se conoce por sus grados, y a los genios, por saber usarlo.

Los mejores saben elegir el color que más favorece a una casa, como si de una persona se tratase”