Repaso a la divertida e irresistible producción de Marcantonio Raimondi Malerba.
MARCANTONIO RAIMONDI MALERBA Aunque pasa de los 40, no ha dejado de ser un niño que sueña sin ponerse límites y hace realidad lo que imagina, sin miedo ni autocensura, una actitud que marca sus irresistibles creaciones.
Cuando nació en Massalombarda, Italia, en 1976, su padre, que era pintor, eligió para él el mismo nombre del grabador italiano que vivió entre 1480 y 1534 y que pasó a la historia como el primer impresor de grabados en serie, una figura clave en la difusión del estilo Renacentista y del arte de maestros como Rafael. El Marcantonio Raimondi del siglo XXI vive en Cesena, una ciudad entre los Apeninos y el mar Adriático, donde crea piezas marcadas por la ironía que tienen el don de despertar la imaginación y el buen humor. Se formó en Bellas Artes y al principio su carrera de artista y la de diseñador iban por carriles separados pero han acabado por “contaminarse” y fundirse en una sola. ¿Cuándo decidiste que querías dedicarte al diseño? No me considero un diseñador. Amo el arte, y también adoro los objetos simples, así que, poco a poco, empecé a hacer creaciones que tenían una función, y mi carrera empezó así, de una manera muy natural. Pero mi trabajo tiene que ver con el diseño, con la proyección. La identidad de mis proyectos es la idea que hay en ellos. ¿Qué reglas te gustaría romper? Aquellas que nos llevan a pensar que las cosas tienen que ser realizadas de un modo único y preciso. Todo puede ser hecho de infinitas maneras y todo es intercambiable. Me gustaría romper tantas reglas como sea posible.
> Àcuál es tu mayor placer? Tener ideas y llevarlas a cabo, pero es realmente agotador. Pienso que quizás el placer real es... no hacer nada. Encontramos criaturas del reino animal entre tus diseños. ÀTE gustan mucho? Àtienes alguno en casa? Ásomos animales! Me siento muy atraído por la belleza de la naturaleza. Tengo una gata, Mimi. La encontrž, mejor dicho, ella me encontró a mí, y empezó a andar a mi lado durante un paseo, y nunca más se marchó. Lo divertido es que es Ácompletamente blanca!, igual que mis esculturas. Cuando niño dibujabas mucho, Àcontinoeas hacižndolo? ÁSÍ, exacto! Sigo dibujando con la misma actitud que tenía cuando era un niño. Empecž hacižndolo, como todos los niños, y Ánunca he parado! En la adolescencia, mis diseños cambiaron un poco, influidos por el cómic y el rock, pero despužs, afortunadamente, las fantasías volvieron a su origen. Àcuál es tu mejor cualidad y cuál es el defecto que estás tratando de eliminar? Primero, como artista, tengo la habilidad de visualizar los detalles de una idea y cómo realizarla. Esto es realmente poderoso. El defecto es que esto genera ansiedad y, a veces, se convierte en algo negativo. Como persona, tambižn puedo ser imaginativo y caer en crisis por pequeñas cosas.
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Todavía dibujo desde el imaginario que creé cuando era niño, una fuente inagotable”