Los trabajos de la creadora Adi Toch.
ADI TOCH Domina como nadie el lenguaje de los metales, a los que convierte en piezas únicas, y también sonoras e interactivas, que enamoran a coleccionistas, galeristas y buscadores de tesoros craft.
Tenía solo 14 años cuando se enamoró del metal mientras trabajaba como aprendiz de un joyero en Jerusalén, donde nació en 1979. Se formó en metalistería en la Bezalel Academy of Arts. En 2007 llegó a Londres para hacer un Máster en The Cass, y allí se quedó. Desde su estudio, en el vibrante barrio de Hackney, crea objetos de formas orgánicas que invitan a ser tocados. Trabaja con las manos y con martillos, yunques, bloques de madera, sacos de arena... o incluso con herramientas que ella fabrica. Combina antiguas técnicas artesanas manuales con el uso de máquinas. Su material favorito es la plata: “La siento como una vieja amiga. Me gusta el modo en que se comporta y se mueve; cómo cambia de apariencia según el acabado: blanco prístino como la porcelana, altamente reflectante cuando se la pule. Y también es posible colorearla o patinarla, dándole un aire ambiguo”. Sus obras están en importantes museos del mundo, como el V&A de Londres, y este otoño viajarán a Venecia, a Homo Faber, un evento que exhibirá la mejor artesanía europea; a Estocolmo para una muestra en solitario en LOD Gallery; a Barcelona para una exposición colectiva; y a Mons, Bélgica, para una expo, como finalista del Premio Europeo para las Artes Aplicadas.
“El metal comunica. Frío al primer toque, se calienta cuando lo trabajas; aparenta rigidez, pero es maleable y moldeable”