Escapada a la Formentera de Ramón Esteve.
Lugares con atmósfera mediterránea y dosis altas de encanto payés convierten a la isla más pequeña de Las Baleares en el destino perfecto para este creador valenciano.
Llegar en barco a la isla, caminar descalzo de sol a sol, degustar la cocina vernácula, bucear en aguas cristalinas o ver pasar las horas desde una cala solitaria. A Ramón Esteve le emocionan todos estos planes que fomentan la creatividad y recargan las pilas cuando nos habla de Formentera como destino “para dejar la mente en blanco, encontrar el verdadero descanso y volver renovado”. Para lograrlo nos propone acompañarle en esta ruta tan apetecible que pasa por playas salvajes, faros, chiringuitos o atardeceres escuchando música en directo.
UN BUEN MIX DE ESTILOS Como arquitecto, además de quedar cautivado por el encanto genuino payés, valora mucho que “al estar protegida por las leyes, la isla se haya conservado casi virgen y lo último que se ha construido sea de un nivel aceptable”, comenta. “Un buen ejemplo es el Hotel Gecko (geckobeachclub.com)”, añade. También agrega a la lista otro alojamiento en esa línea, el Hotel Es Marés (hotelesmares.com).
Para Ramón, los bares y locales transmiten infuencias de los numerosos italianos en la isla que “han sabido refejar el buen gusto y, por eso, lo veo como una colonización positiva”. Y, prosigue, “para mí, se ha producido una buena mezcla entre esa atmósfera y elegancia tan italianas, que apenas se nota, y el encanto payés”, dice. “Uno de sus atractivos es que todo tiene una escala humana y es una maravilla pasear y disfrutar de las pequeñas cosas”, resume.
CONSEGUIR EL RELAX TOTAL “Descubrí la isla en bicicleta por primera vez cuando tenía dieciocho años y, desde entonces, vengo cada verano. Aquí encuentro el descanso real y es el mejor lugar para recargar energías”, indica. “Su gran valor es que no hay grandes edifcaciones, como es difícil construir en la isla y el precio de hacerlo es elevado, no te llevas grandes alegrías pero tampoco sorpresas desagradables”, argumenta. El arquitecto llega siempre en velero y recomienda recorrer la isla con la tranquilidad que pronto contagian sus habitantes. Pero a Ramón le resulta difícil hablar de Formentera sin aludir a su gastronomía. “Me encantan los chiringuitos, bares, restaurantes... porque todos están muy cuidados y, además de tener una excelente cocina, tienen el plus de las actuaciones de música en directo”, indica. Y entre sus preferidos cita un clásico, Blue Bar (bluebarformentera.com).
“Refleja bien el espíritu de la isla y conserva ese aire hippie y desenfadado”, añade. Otros imprescindibles son: Beso Beach (besobeach.com) “por su buena comida mediterránea y su decoración”; Can Carlitos (cancarlitosformentera.com) “donde la calidad es muy buena y hasta el pollo a l’ast está impresionante”; Ca Na Pepa (canapepa.com) “un italiano muy bonito, pegado a Sant Francesc; y, entre otros más, Can Toni (en el Pilar de La Mola) “el típico bar de tapas de pueblo, de la modelo Eugenia Silva, que es como una tasquita, donde un día a la semana puedes ir a escuchar flamenco”, indica.
MÚSICA EN LA CALLE Y ARTESANÍA LOCAL Puntos neurálgicos, como los faros de La Mola y Barbaria, Es Caló, Cala Saona o playas como Es Migjorn, forman su lista de sitios de visita obligada. Como la iglesia-fortaleza de Sant Francesc Xavier, y sus alrededores donde “puedes escuchar música o ir al mercadillo de artesanía local”. Y, para compras, propone Parfumerie Centrale (parfumeriecentrale.com), el reconocido taller-joyería de autor Majoral (majoral.com) o la tienda Balafia.