RURAL Y EXQUISITA
Entrando en el otoño nos damos cuenta de que el mejor lifestyle pone su atención fuera de las ciudades. Hay una fuerte corriente que habla de los beneficios que proporciona acercarse a una forma de vida más rural y de cuánto favorece al bienestar. El diseño ya lleva tiempo avisándonos, con la rehabilitación de la artesanía y de los procesos manuales, también las nuevas voces del urbanismo pretenden, aún con resultados mínimos, copiar esquemas más a la medida del hombre. ¿Y del interiorismo? Hay mucho que aprender aquí. Vamos a hacer el ejercicio de olvidar tópicos y desechar mesas de trillos y otras lindezas puramente rústicas y volvamos los ojos al refinamiento de quienes, en sus grandes casas, disfrutaban de temporadas lejos de la urbe. Hay maravillas. La nueva sofisticación viene de ahí. Son interiores logrados con la minuciosidad de obreros del pasado y, sobre todo, gracias al gran capital que encierra el campo: tiempo. Traigamos ese concepto a la ciudad y, en justa contraprestación, llevemos allí el diseño actual y el arte contemporáneo, el mix es fascinante. Los mejores interioristas europeos (sí, hay que decirlo, este know how histórico sólo lo tienen los modernos profesionales de la vieja Europa) están full con encargos así, y de ellos nos permitimos traer a nuestras páginas dos de sus prácticas. Una, la iluminación; nunca ha estado más brillante esta disciplina y aquí hemos seleccionado los diseños que ya han demostrado vocación de eternos, sólo con su buen uso es posible dar carácter de joya a un proyecto próximo a la naturaleza. El otro secreto consiste en revisar técnicas decorativas capaces de seguir funcionando pese a que los años se les echaran encima, en este caso hablamos del trampantojo, (¡ay, esos comedores de buenas casas de familia en provincias!), pura elegancia.
En justa reciprocidad llevemos al campo el diseño actual y el arte contemporáneo”