Volúmenes haussmannianos y piezas de diseño dialogan en un sofisticado apartamento parisino decorado por Chadi Abou Jaoude.
Conjugar volúmenes haussmannianos y piezas de diseño, un ejercicio de absoluto equilibrio que el arquitecto e interiorista Chadi Abou Jaoude realiza con soltura en este exquisito apartamento del corazón histórico de París.
Compartir quartier con vecinos tan ilustres como Notre Dame imprime carácter. Este apartamento haussmanniano de 200 m2, situado al lado de uno de los edifcios más antiguos y emblemáticos de París, estaba abandonado y amenazado por el deterioro, pero conservaba su esencia intacta a la espera de que un alma sensible le devolviera todo su esplendor. Fue el arquitecto e interiorista Chadi Abou Jaoude, a quien los propietarios habían confado la misión de restaurar y decorar el antiguo piso, quien obró la transformación. “Desde la primera visita de localización me sedujo tanto por su ubicación y las vistas a la catedral, como por la belleza de sus volúmenes y sus ornamentos de época - boiseries, molduras, suelos de parquet, chimeneas- que permanecían intactos a pesar del peso de los años.” Estas joyas no podían perderse, así que todos y cada uno de los elementos arquitectónicos y decorativos antiguos fueron conservados y restaurados. “Recuperan el alma al lugar y rememoran su historia”, apunta Chadi Abou Jaoude. Sin embargo, sí se modifcó la distribución del apartamento para adaptarla al modo de vida de los actuales propietarios. “Para una pareja sin hijos, un dormitorio era sufciente y se instaló en el antiguo comedor, espacioso y decorado con bellas molduras; la cocina y el ofce se convirtieron en baño y vestidor, y el antiguo dormitorio principal, que tenía la vista más hermosa, se amplió y se transformó en el salón”. El arquitecto tuvo libertad total en la elección de colores, materiales y mobiliario (una exquisita selección de piezas icónicas frmadas por Arne Jacobsen, Charlotte Perriand, Serge Mouille...) y así logró un interiorismo de marcada personalidad. “Yo diría que el apartamento es ecléctico. Es a la vez, moderno, clásico y retro. Mezcla varios estilos y épocas con armonía. Es masculino, gráfco y chic. Un homenaje al gris, mi color favorito. El gris se declina en muchos materiales, pintura, textiles, cuero, pero también piedra. En las paredes hay dos tonalidades: una clara y otra oscura que contrasta con los techos blancos y realza las molduras. Todos los demás tonos de gris provienen de los muebles y alfombras, de la piedra Cardoso en la cocina y del mármol Habanadark en el baño. Pero el apartamento no es monocromo porque en el suelo, el parquet original de roble macizo calienta la atmósfera con su color miel, así como los muebles de nogal crudo Canaletto.” Chadi Abou Jaoude confesa que el mayor reto al que se enfrentó en este proyecto fue: “Revisitar un apartamento Haussmann de alta calidad inscribiéndolo en el siglo XXI; realizar una renovación equilibrada que conciliase el patrimonio del pasado con la modernidad, el encanto de lo haussmanniano y la funcionalidad de lo contemporáneo”. Una vez superado el desafío, de lo que más orgulloso se siente es de “ese hilo conductor que recorre cada habitación y crea armonía en el conjunto; las líneas puras y rigurosas; los espacios abiertos, la comunicación fuida y los volúmenes agradables y luminosos; la mezcla de materiales brutos y nobles”. Como colofón, nos desvela su secreto para combinar con éxito un entorno clásico con piezas de diseño: “Es como la composición de un perfume o una sinfonía, cada nota cuenta. Es el arte de mezclar volúmenes, notas y sabores que se oponen pero que buscan coexistir. Un ejercicio de dosifcación, respeto y proporción, incluso diría que de equilibrismo, el más mínimo error puede ser fatal”.