HECHAS A MEDIDA
En el interiorismo ahora padecemos de overdosis, hay diseño a granel y tendencias omnipresentes incitando a hacernos con "estilos" impactantes, muchos de los cuales nos decepcionarán en breve. Depuremos, es nuestra obligación. Por eso me da tanta satisfacción presentar aquí proyectos que nacen con vocación de permanencia, joyas creadas a medida en las que sus propietarios seguirán sintiendo su categoría, aún tras el paso de los años. En este número tenemos la suerte de mostrar dos grandes ejemplos, en cada uno de ellos se ha trabajado largo tiempo, para rematar con excelencia hasta el mínimo detalle. Son casas conseguidas con principios intransferibles y un rigor extremo, para realizarlas se ha buceado en archivos históricos o en artesanías seculares, se ha investigado en la época y localización en que fueron construidas para mantener la fidelidad a su génesis. Una está en Madrid y la firma la interiorista Belén Domecq; la otra, en Marrakech, es obra de Pablo Paniagua. En ambas se respira respeto por la esencia y se aprecia el arduo trabajo de investigación que han llevado a cabo para preservarlo y ponerlo en valor: se reconfiguraron distribuciones originales consultando planos históricos, y recursos arquitéctonicos fueron rescatados con mimo por estos talentos andaluces, dando en consecuencia dos tesoros de la arquitectura de interiores en la más alta categoría internacional. Enhorabuena. Y me gusta pensar que se disfrutarán por generaciones, como hoy una nieta presume del Balenciaga encontrado en el armario de su abuela, con la misma elegancia atemporal, ya que se trata de encargos bespoke realizados teniendo en cuenta los intereses significativos de sus clientes, midiendo su percha de vida para ajustar al milímetro su entorno. ¡Vivan los modistas del interiorismo!
“Se disfrutarán por generaciones, como el Balenciaga encontrado hoy en el armario de la abuela”