SIETE VIDAS
En uno de los barrios más creativos de Milán, Brera, cuna de artistas, pintores y escritores, y en la actualidad con una vida cultural tremendamente interesante, se esconde la casa de la diseñadora Sophie Wannenes, fundadora del estudio Narkisso. “Sabía que tenía que ser mía la primera vez que puse un pie en ella”. De esta manera comienza a contarnos Sophie el flechazo que sintió al ver la que hoy en día es su vivienda en la Vía Palermo milanesa. “La gran sala que lleva a siete habitaciones fue la que lo consiguió: encontrar la distribución intacta, el sabor de principios del siglo XX, realmente me atrapó. Después de todo, mi vida se alimenta de lo vintage”. Hay mucho original en este apartamento. En la intervención realizada por la interiorista de Narkisso, se ha intentado respetar al máximo todo aquello que estuviera en buen estado y que hablara de la historia de aquellas paredes. Como, por ejemplo, los azulejos de mayólica originales del baño y su bañera antigua. Esto contrasta con la cocina que cuenta con muebles modernos para la zona de trabajo. Y es que le encanta organizar cenas en casa y esta parte tenía que adaptarse a su estilo de vida. Una vida que se caracteriza por estar llena de luz, gracias a los altísimos techos y los grandes ventanales con vistas a uno de los barrios con más carácter de Milán. La distribución es casi una osadía frente a las construcciones modernas. Un espacio de cabecera en el que tenemos siete puertas. Tres habitaciones, dos baños, la cocina… escenarios complementarios al gran salón, pintado en rosa palo y verde menta, lo que realza el estuco. “El salón es el centro de esta casa, su corazón palpitante”. De aspecto esencial y tosco da paso al comedor, donde una gran mesa capaz de albergar hasta a 22 personas sorprende por su uso anterior: una antigua puerta rescatada y restaurada por su propietaria al igual que los candelabros, que formban parte de un chandelier de 1600. No existe ningún elemento que no haya vivido varios inviernos. “Aquí todo es defectuoso, suelo decir. Eso transmite mi flosofía de vida. Me gusta que la gente venga y sienta la historia, las capas del tiempo una encima de la otra, en lugar del efecto pizarra en blanco de la novedad. Ese crujir del suelo de madera y que sea oscuro; me encanta la imperfección y cualquier asimetría. Nosotros somos exactamente lo mismo, únicos y nunca reproducibles”. Así es la manera de trabajar de Sophie Wannenes, descubriendo los rastros que ocultan sus paredes para mostrar su alma. De algún modo sus trabajos buscan la forma de transmitir la historia de quienes allí vivieron. Es capaz de realzar esos pequeños matices con los que consigue diseñar espacios y piezas únicas de la mano de grandes artesanos. Siempre buscando en mercadillos lo que nadie quiere, para convertirlo en el objeto que todos desean. Y es que si a ella le fascina, sabe que el resto también lo amará. Y sí, lo confesamos, nos fascina el concepto y la estética de su nuevo apartamento.