JOYA VERDE.
La espectacular villa en La Toscana restaurada por su propietario, el creador Bruno Boretti.
El pasado está muy presente en esta villa en La Toscana. Y comparte protagonismo con el bosque de pinos de tres hectáreas que la rodea, el parque Pinetum, una zona protegida por su relevancia botánica e histórica, a más de 500 m sobre el nivel del mar. Su actual propietario, el diseñador Bruno Boretti buscaba vivienda en esta zona, y después de descartar casi 200 (“eran todas bonitas, pero no me emocionaban”, nos cuenta), decidió echar un vistazo, como una humorada, a Villa Gaeta, un casa señorial del siglo XVII, en abandono durante 60 años y situada en los montes Chianti. Al verla, sintió dos emociones intensas, la primera, nostalgia: “Cuando vi esos árboles de 40 m de altura, tuve un fuerte fashback de mi infancia y recordé cuando jugaba con mi amiga María Luisa, nieta de una marquesa, en su villa histórica en medio de un gran parque. Sentí el mismo aroma, las mismas sensaciones…”. Y la segunda emoción fue un poderoso deseo de devolver la vida a la villa. “Las obras duraron ocho años y siento que aún no he terminado, que es un proyecto para toda mi vida”, señala. La reforma buscó realzar los elementos originales de la casa. Así, por ejemplo, se restauraron los suelos de madera y de cemento, y también los preciosos frescos de fnales del siglo XVIII que aparecieron en algunas paredes después de que se quitaran papeles pintados puestos hace un siglo. A los elementos antiguos, el propietario quiso añadir obras de arte y mobiliario contemporáneos con el fn de dar continuidad con el presente de un modo fuido. Y encontró lugar para sus objetos más preciados, como la colección de cristales italianos de Empoli, de los años 60, y más piezas diseñadas por él mismo. Boretti vive aquí solo, pero la villa está siempre abierta a sus familiares, amigos y a cualquier persona que quiera visitarla, puesto que es también una casa de huéspedes. A mediados del siglo XIX, su antiguo dueño, el abogado forentino Giuseppe Gaeta convirtió el parque en un laboratorio botánico, haciendo traer por barco decenas de coníferas de distintas latitudes, entre ellas, el pino Douglas, procedente de Oregon, el primero de su especie en ser plantado en Italia. Ahora Boretti ha cogido el testigo de la vocación experimental de la villa, pero de un modo diferente, desde los campos del arte y el diseño industrial, realizando exhibiciones e invitando a jóvenes artistas. “Decidí dar continuidad al proyecto de Gaeta de destinar este lugar a la experimentación. Restaurar el parque es una tarea de largo alcance pero estoy en ese camino. Y quiero que mis exposiciones, cuyo nombre es PINETUM, contribuyan a revitalizar el parque”.