ARTE EN LAS HIGHLANDS.
El nuevo hotel en Escocia de los galeristas suizos Iwan y Manuela Wirth.
En la región más royal de las Tierras Altas escocesas, muy cerca del Castillo de Balmoral, acaba de abrir sus puertas un hotel singular: The Fife Arms. Se ubica en Braemar, la ciudad donde se celebran los más famosos Highland Games (o Braemar Gathering, como les llaman aquí), un evento que inaugura la reina de Inglaterra y congrega a gran parte de la familia real. Los propietarios del hotel, Iwan y Manuela Wirth, una infuyente pareja de galeristas suizos, copresidentes de Hauser&wirth y con nueve galerías repartidas por el mundo (la última, recién inaugurada en St. Moritz), han sido capaces de aunar la herencia cultural escocesa con el arte contemporáneo para concebir un alojamiento exquisito y muy especial.
UNA PASIÓN COMPARTIDA La historia comienza con un fechazo. “Hemos estado viniendo a esta región durante ocho años porque tenemos cerca un refugio familiar muy querido, creemos que es uno de los lugares más bellos de la tierra y es en gran medida nuestro “lugar feliz”. Descubrimos The Fife Arms, que estaba muy deteriorado en comparación con su apogeo durante la era victoriana. Era un edifcio maltratado pero de extraordinaria poesía y poder, apostamos por ello y decidimos que podíamos darle el amor y la inversión que se merecía”, nos cuentan los Wirth. Con una visión muy clara del resultado que buscaban pusieron en marcha el proyecto.
“Queremos compartir con los huéspedes este extraordinario lugar y que se enamoren de él tanto como nosostros”, Iwan y Manuela Wirth
>Apostaron por los hermanos Tom y Ben Addy, de Tor Construction y Moxon Architect, para rehabilitar el edifcio, y con Russell Sage para encargarse del interiorismo. “Iwan y Manuela sabían exactamente cómo querían que se sintiera el hotel y lo interpretamos. ¡Queríamos dar la sensación de que el huésped había heredado su propia mansión de campo escocesa! Por eso, The Fife Arms no se percibe como un hotel, sino como una gran casa privada”, nos cuenta Russell Sage. El mayor reto fue “obtener 16.000 objetos originales para mostrar el pasado de las Highlands. Cada habitación es diferente y cuenta la historia de una persona, lugar o evento con vínculos directos a Braemar”, añade.
TRADICIÓN Y ARTE CONTEMPORÁNEO El resultado es que uno se siente muy cómodo, pero con un plus de sofsticación. Incluso tienen un tartán propio, diseñado por Araminta Campbell, para los entelados de las paredes, las tapicerías y otros detalles (algunos pensados para comprar y poder llevarse la sensación de las Highlands). The Fife Arms cuenta con 45 habitaciones en las que, igual que en los espacios comunes, el arte tiene una presencia importante. En el patio, la araña de Louise Bourgeois; en The Drawing Room, el techo de Zhang Enli; en la escalera, la lámpara de cristal de Richard Jackson, que interpreta las cornamentas de ciervo tradicionales de la región...
>“Gran parte de la colección de arte es definitivamente permanente, pero parte de la diversión de ser propietarios del hotel es ser capaz de traer nuevas obras de arte que sentimos que podrían contar nuevas historias”, confiesan los Wirth.
UN DESTINO CULTURAL El maravilloso paisaje, el arte y la posibilidad de sentirse como un noble de las Tierras Altas son reclamos suficientes para visitar The Fife Arms pero, además, existe un plus. “En lo que respecta a los elementos culturales, estamos muy interesados en compartir este increíble destino con nuestros huéspedes. Las Highlands están llenas de historias. Pero creemos que no hay solo que mirar atrás, queremos escribir el próximo capítulo de The Fife Arms en el siglo XXI y más allá, así como reconocer su historia. Braemar ya es un hub cultural, pero esperamos poder hacer un poquito para ayudar. El hotel acaba de contratar a un curator de eventos que está trabajando en un programa cultural dedicado cada año a un tema específico. Este año va a ser sobre la historia de los Fife, su lugar y su patrimonio. Pero no se trata solo de atraer a más gente a Braemar, sino de que la gente pase más tiempo aquí y se sumerja en la magia de Braemar.” No hacen falta más motivos para descubrirlo.
“El arte contemporáneo ha sido elegido cuidadosamente para acompañar a las piezas tradicionales”, Iwan y Manuela Wirth