TRÍO DE ASES.
Los creadores suizos de Atelier Oï nos hablan con nosotros de sus cuidados diseños.
Para estos creadores suizos, la frontera entre diseño y vida cotidiana no existe, se inspiran en la naturaleza que siempre está frente a ellos, para alumbrarles en una trayectoria que ya suma más de tres décadas. Su éxito, como ellos mismos dicen de su proceso creativo, ¡nunca se detiene!
Italia, Suiza, Miami, Japón, España o Brasil, donde han estado hace pocos meses con su muestra Handmade Industry, en el Museu da Casa Brasileira... su fama es internacional e, incluso Lars Müller les acaba de editar un libro monográfico con toda su producción. Los diseñadores suizos de referencia ya eran amigos antes de crear este trío al despuntar los 90, cuando empezaron a trabajar al modo en que lo hace una composición musical y que “continuamos interpretando hasta hoy”, dicen. Sus creaciones son transversales y, a lo largo de tres décadas, han ideado luminarias (Artemide, Foscarini, Lasvit, la española Parachilna o Venini), maravillosos Objetsnomades y Petitsnomades, para Louis Vuitton, muebles (B&B Italia, Moroso, Zanotta...), piezas de cristalería (Nestlé, Nespresso...) y hasta un barco. También firman tiendas (Rimowa), instalaciones (Laufen), escenografías (Bvlgari, USM...), interiorismo e, incluso, un restaurante vegetariano. Para atelier oï, “la diferencia enriquece, desencadena energía y nos lleva a desarrollar nuestra propia armonía. La habilidad de escuchar es vital para el desarrollo de un músico. A menudo se dice que tienes que escuchar y aprender, para desaprender aquello en lo que estás demasiado seguro, y nosotros hemos aprendido a aplicarlo en el trabajo diario”. ¿Conclusiones tras esta larga trayectoria creativa? El proceso de diseño no ha cambiado desde los inicios. Nos gusta trabajar en diferentes escalas y hacer malabares entre objeto, espacio y arquitectura. Todo empieza por la naturaleza del material y su reacción a las influencias externas, su manera de responder a las transformaciones. ¿Qué es más inspirador para vosotros? Observar y contemplar ofrece infinitas fuentes de inspiración. La naturaleza nos sugiere y nos guía. La vista sobre el lago Biel desde el estudio Moïtel (que toma el nombre del antiguo motel de los 60 que ocupa), constituye una eterna página en blanco y nos brinda todas las posibilidades. >
>Su producción es transversal, ¿algún material con el que estén más a gusto? Nos sentimos cómodos cuando podemos relacionarnos directamente con el material y su transformación. No hay uno más interesante que otro, pero la materia es el punto de partida de donde nacen todos los proyectos. ¿Cómo hallan el equilibrio siendo tres? ¡Un trío no está precisamente equilibrado! La energía que generamos los tres es la fuente de nuestro modo de funcionar. La ausencia de armonía es justamente la llave de nuestra manera de trabajar, es la dinámica que nos impulsa a seguir adelante. ¿Está el diseño viviendo un retorno a lo artesanal? La gente quiere saber de dónde vienen los objetos y quién los fabrica, desean comprender la cadena de producción completa. Consiste en apoyar y apreciar los valores y el savoir-faire artesanal y el trabajo de manufactura con materiales naturales. Hemos desarrollado una consciencia de saber qué hay detrás de las piezas. ¿Algún plan de futuro de atelier oï en España? Hemos puesto las raíces con las lámparas Oïphoriques para Parachilna y nos gustaría desarrollar algún proyecto hotelero en España, para seguir colaborando con este país que tiene una cultura creativa única en Europa. ¿Un sueño? ¡Rediseñar los churros con chocolate!
Nos gusta trabajar a diferentes escalas y hacer malabares entre objeto, espacio y arquitectura”