PODEROSO COLOR.
El pintor Sean Shanahan y Dalila Formentini nos abren su casa a orillas del Lago de Como.
El pintor irlandés Sean Shanahan y su mujer, la diseñadora Dalila Formentini, nos abren las puertas de su casa en el norte de Italia. Una vivienda vibrante y polícroma, llena de obras de arte originales, refnadas mesas realizadas a mano y piezas icónicas de diseño.
En otra época fue una pequeña pero muy productiva fábrica de seda a orillas del lago de Como, en el norte de Italia. Hoy, es el refnado y original hogar del pintor irlandés Sean Shanahan y su esposa Dalila, una creativa italiana que se describe a sí misma como una “minimalista barroca”. Ambos se han enamorado del evocador paisaje lacustre y juntos han creado un mundo cromático y vibrante donde “el color se acompaña con color”. La historia fue un verdadero fechazo. “Tenía un estudio cerca cuando descubrimos la propiedad en venta (era 2012) y se ajustaba a tantos de nuestros criterios que la compramos”, nos cuenta Sean Shanahan. La ubicación es realmente única. “La casa era el centro de una pequeña empresa de telas (era la vivienda del dueño) y tiene alrededor una fascinante reserva natural inalterada en siglos”. Por supuesto, necesitaba un profundo proyecto de remodelación, lo que supuso un reto muy atractivo para dos estetas como ellos. “Tuvimos que imaginarlo todo desde el principio, pues cuando compramos había grandes obras que planear”. La superfcie de la vivienda es bastante amplia (unos 800 m2 en tres plantas) y está “determinada por una terraza orientada al sur que ilumina todas las estancias principales. En ella hay una glicinia, que es la verdadera protagonista en todas las estaciones”, apunta el pintor. Pero lo que realmente hace de esta casa una especie de obra de arte para ser vivida, tocada y experimentada es la elección (muy personal) de colores y muebles que se convierte en una especie de manifesto artístico, expresando con sinceridad la visión estética de esta pareja dotada de un gusto impecable. Fíjate en las mesas de Dalila: “son el resultado de una reflexión sobre este entorno, una amalgama maravillosa, capaz de unificar siglos de diseño. Son contemporáneos y, a la vez, muestran sus raíces”. Las épocas, orígenes y estilos contrastan y contribuyen a crear un ambiente atemporal y sugerente. Se pasa de superficies monocromáticas a suelos y paredes pintados con motivos geométricos y coloridos. Todo en perfecto equilibrio, dialogando tranquilamente con los techos artesonados y los suelos de terracota y, de fondo, una valiosa selección de piezas de diseño que narra la historia del siglo XX y que, a pesar de sus notables diferencias, emana una completa armonía.