PURO Y DURO.
Un loft en lo alto de una torre en Maastricht, diseñado por los interioristas Nicemakers.
Nicemakers, el estudio de interiorismo de Dax Roll y Joyce Urbanus, recibió un tentador encargo de una pareja de trotamundos: transformar en un gran loft tres pisos situados en las dos últimas alturas de una torre de 10 plantas en Maastricht. Construido en los 60, el edifcio fue el lugar de residencia del personal de un hospital cercano, y posteriormente albergó unas ofcinas. Sus actuales propietarios estaban buscando una vivienda en la ciudad que sirviera de punto de encuentro con su familia y con sus raíces, ya que ambos se habían criado en esta ciudad al sur de Holanda. Por eso, cuando se enteraron de que este edifcio, una de las pocas construcciones elevadas en Maastricht, estaba a la venta, compraron las dos plantas superiores, con soberbias vistas a la ciudad y sus alrededores. Querían un interiorismo realmente especial, y, entonces, su amigo, el anticuario Philippe Kersten, les recomendó a Nicemakers. Les encargaron el proyecto, entregándoles, como guía, el siguiente briefng: “Diseñad para nosotros una casa con una sensación de comodidad, donde los diseñadores de interiores Roman & Williams se encuentran con la serie de TV Mad Men; el diseñador de muebles Jean Prouvé, con el interiorista Joseph Dirand; la arquitectura de la Bauhaus, con el glamour del edifcio Chrysler, y donde el arquitecto minimalista Peter Zumthor se encuentra con El lobo de Wall Street, Jordan Belfort”. La propietaria nos cuenta: “Queríamos crear una atmósfera años 60 y 70, con colores cálidos principalmente, piezas diseñadas a medida, elementos de un vintage moderno y mid-century, y un salón en desnivel”. Nicemakers diseñó un proyecto integral, articulado en diferentes ambientes, y en el que la visión de conjunto fue pensada a la vez que los detalles. Dax Roll señala: “Tuvimos que mantener en mente todos los elementos individuales, los grandes y los pequeños, y relacionarlos entre sí, para conseguir equilibrio y armonía”. En la última planta, las paredes interiores se derribaron, quedando a la vista la estructura de hormigón desnuda y consiguiendo un loft con la mayor amplitud posible, con ambientes diferenciados, pero conectados en un agradable fow. Así, aunque el espacio es grande, resulta acogedor, y posibilita una visión de conjunto en un golpe de vista. Muebles y elementos diseñados por Nicemakers contribuyeron a este efecto. Gran parte de los muebles vintage, las lámparas y los accesorios, fueron comprados con los propietarios en ferias, subastas y galerías en Milán, París, Bruselas y Nueva York. “La confanza y la libertad que nos dieron los clientes nos permitió la excelencia en este proyecto, como Nicemakers”, concluyen Joyce y Dax.