PARTE DEL CAMPO.
Aterrizada en la naturaleza, así describe el estudio Nicemakers esta casa de los 60 que renovó y convirtió en su hogar soñado. Situada en el extremo norte de la extensa reserva natural Veluwe, en los Países Bajos, la simbiosis bosque-vivienda es total.
Los integrantes del estudio Nicemakers viven rodeados de naturaleza en una maravillosa reserva natural cerca de Ámsterdam.
La vida te da sorpresas. Buenas, magníficas. Sorpresas que cambian tu mirada hacia lo que te rodea, que ponen las cosas -y su auténtico valor- en su sitio, transformando tu relación con el entorno. “Esta casa nos ha hecho reevaluar la naturaleza”. Así lo cuenta Joyce Urbanus, fundadora junto a su partner sentimental y profesional, Dax Roll, del estudio de diseño de interiores Nicemakers (www.nicemakers.com), con sede en Holanda. La pareja encontró esta casa de campo sumergida en un área boscosa, después de haberse interesado por otras en distintas zonas. Y ambos -por separadose enamoraron de ella. Joyce estuvo investigando sobre el propio terreno y Dax la descubrió en uno de sus viajes. “Nunca pensamos que algo tan grande se cruzaría en nuestro camino, explica. El apartamento de Ámsterdam y la sede de Nicemakers, con su precioso parque de flores y hierba, colmaban nuestra necesidad de un lugar vibrante en la ciudad. Pero queríamos un cambio y buscamos algo fuera”. Esta vivienda resultó perfecta en todo: el emplazamiento en medio del bosque y el jardín silvestre hacían de ella un lugar mágico, con la luz del sol cayendo a través de los árboles, los sonidos de los pájaros y los olores. “El viernes terminamos la semana y en una hora de coche estamos aquí, donde surgen las mejores ideas, y disfrutamos de un tiempo de calidad creativa y personal”. Levantada a principios de los 60, la construcción estaba muy compartimentada. La reforma emprendida tras su adquisición modificó dicho trazado original. En la planta baja había un largo pasillo y una pared de cristal que separaba el salón de los cuatro dormitorios. >