ARQUITECTURA.
En su vida de diseñador y arquitecto, socio de OMA, se entremezcla su visión del diseño de interiores, la arquitectura, el mundo de la moda y el mobiliario, junto con la política social y el activismo ecológico. Una visión cruzada que salta de un país a o
Marisa Santamaría desgrana la visión del polifacético creador y arquitecto Ippolito Pestellini.
Acaba de anunciar que estará al cargo del diseño del pabellón ruso de la Bienal de Arquitectura del 2020 en Venecia cuyo tema del año es “Cómo viviremos juntos”, comisariado por Hashim Sarkis. Ippolito Pestellini también lidera, desde hace unos días, el diseño del nuevo centro comercial KaDeWe y un hotel en el Museumsquartier de Viena y trabajará junto con su socia Ellen van Loon y Laurence Bolhaar, en OMA, con un proyecto que será la primera aventura en la capital austriaca. Además, en el último Salone del Mobile de Milán, salió victorioso, siempre con OMA, del concurso Scalo Farini, otra ampliación de la ciudad con múltiples espacios verdes interconectados. Se presenta un año 2020 apabullante, si le sumamos que él es el diseñador y creativo de los interiores de los desfiles de cada temporada de Prada y Miu Miu, así como de algunas de las exposiciones de sus fundaciones. Ippolito Pestellini es muy desconocido en España, pero en el 2020 es miembro del comité asesor de Madrid Design Festival, y se dará a conocer como una figura que impulsa la interdisplinaridad del diseño y el pensamiento crítico político. La diversidad de sus proyectos sorprende, ¿de dónde viene su inspiración? Según él: “De la ciencia ficción literaria de Aldous Huxley, Philip Dick y los hermanos Strugatsky; del cine de Antonioni, Truffaut, Wong Kar Wai y Kubrik and Miyazaki; de la música de Aphex Twin y la escena creativa de los noventa; de la moda de la escuela de Antwerp, la fotografía de Andreas Gursky y Luigi Ghirri, y un largo etc., de todo menos de la arquitectura”. Ippolito Pestellini Laparelli es socio, el más joven, de Rem Koolhaas, y también sigue a su maestro en el activismo político. Si Rem impulsa desde los foros internacionales la unidad de Europa, él colabora con un grupo de arquitectos, entre los que se encuentra Andrés Jaque y su estudio de arquitectura denominado Oficina de Innovación Política; como ejemplo, su última colaboración en la intervención en Manifiesta 12 en Palermo. “Las ideas no bastan, intentamos actuar sobre los espacios con la idea del cambio político como motor, la posibilidad de redefinición tiene que ver con una sostenibilidad activa.
En el último Salone del Mobile de Milán, Ippolito Pestellini salió victorioso, con OMA, del concurso Scalo Farini, un proyecto basado en la sostenibilidad y el verde.
> Las ciudades deben resguardar su patrimonio y a la vez evolucionar”, señala. El arte, el diseño, la moda y la arquitectura convergen en su trabajo: “la actitud es mezclar, sin prejuicios, a mi trabajo y mi vida con cierta locura, un caos medido. Se trata de un crecimiento orgánico. Esto me ocurre cuando trato con los conceptos de la moda y sus acontecimientos, como los desfiles. Pongo en marcha narrativas conectadas con mi visión de la arquitectura y el diseño de espacios. Se trata de desarrollar nuevas narrativas”.
En París, su intervención en la Fundación Galerie Lafayette puso el foco en una torre central que se convirtió, junto con el patio interior, en una zona expositiva con plataformas móviles para generar flexibilidad y cambios en la configuración. “Siempre la posibilidad de cambio y reordenación”, explica. Con la editora de mobiliario Knoll, la colaboración de este año se ha centrado en acontecimientos como el aniversario de la Bauhaus en el pasado Salone del Mobile: “Presentamos una historia interactiva en la Piazza Bertarielli, a través de cuatro grupos que alentaban a las personas a participar. A medida que los visitantes ingresaban en los cuatro escenarios teatrales, se involucraban en una experiencia directa con los objetos y muebles que tienen un papel de liderazgo”, apunta.
Finalmente, el pasado abril, OMA ganó el concurso internacional Scalo Farini, para renovar unas vías de tren y generar una nueva zona ecológica para Milán: “En el proyecto intentamos crear filtros ecológicos, zonas verdes con grandes parques, con mecanismos de regeneración del aire y que limpien el agua del subsuelo. Estamos creando un nuevo paisaje metropolitano para personas y animales”. Una espiral de proyectos y de viajes cuya perspectiva cambió con el nacimiento de su hija de tres años, dando como resultado un nuevo esquema del tiempo y del espacio: “Observo sus cambios de crecimiento a diario, ¡es fascinante! y lo relaciono con el tiempo de asimilación de las transformaciones que experimentamos. Con mi hija veo que los cambios profundos necesitan su tiempo de maduración, un ritmo más pausado de progresión
• y evolución”, concluye.
“Las ideas no bastan, intentamos actuar sobre los espacios con el objetivo del cambio político como motor, la posibilidad de redefinición tiene que ver con una sostenibilidad activa”