CUESTIÓN DE GENES.
Más chic, imposible. Lo es la casa en París del creador francés Willy Rizzo Jr. que ha heredado el charme de su aclamado progenitor.
El diseñador francés Willy Rizzo Jr. nos abre las puertas de su casa parisina, que ha reformado y decorado con el máximo respeto hacia los orígenes históricos del edificio y hacia los suyos propios. Muebles y piezas con el sello de su genial padre dan vida a espacios bellísimos, transparentes y, como no podía ser menos, ¡très chic!
El diseñador francés Willy Rizzo no solo ha heredado el nombre de su famoso padre, también parte de su talento artístico. El progenitor, nacido en Italia y afincado en el país galo, fue un legendario fotógrafo de moda y sociedad durante los 50-60. Para el objetivo de su cámara posaron artistas y personalidades de la talla de Marilyn Monroe, Maria Callas, Marlon Brando, Picasso, Winston Churchill... En 1968, Rizzo se trasladó desde París a Roma, y casi por azar se convirtió también en un exitoso diseñador de muebles; algunos de ellos son hoy verdaderas piezas de culto. Así lo explica Willy Jr. “Él odiaba el estilo escandinavo, que estaba en auge en ese momento, por lo que empezó a crear mobiliario propio para su apartamento”. Lo que comenzó como una afición, se convirtió en un floreciente negocio. En 1978, cuando su empresa gozaba de gran prestigio y contaba entre su clientela con nombres como Vincente Minnelli o Salvador Dalí, Rizzo la vendió y volvió a París. A finales de los 80 abrió una galería en esta ciudad. Sus piezas siguen siendo editadas por el holding familiar tras su muerte.
Desde luego, el espíritu Rizzo sigue muy vivo y el mejor escaparate es la residencia parisina de su hijo. Su apartamento en Quai Voltaire tiene ese sello inconfundible que tanto gustaba a las celebrities que conoció en su niñez. “Es mi casa soñada, en cuanto entré en ella me enamoré perdidamente, recuerda. Está junto al Sena y con el museo del Louvre en la orilla opuesta. Sin embargo, los elegantes y luminosos interiores nada tienen que ver con los que encontró la primera vez que la vio. Se trataba de un edificio histórico que había sido alterado en algún momento y con la planta dividida en espacios pequeños y pasillos innecesarios, suelos de linóleo y cableado eléctrico a la vista... Era espantoso”, señala. El primer paso de la reforma fue reinstaurar el plano de planta y estilo arquitectónico originales, con habitaciones enfiladas que desembocan una en otra. La chimenea reproduce un modelo vintage que Willy Jr. buscó en Pinterest, y la hizo construir con mármol de Carrara. Las paredes se pintaron en tono almendra, para recoger los verdes de los árboles y del río, compensándose esos colores más fríos con acentos cálidos en bronce y latón. Los espacios se amueblaron con piezas emblemáticas de la firma, algunas fabricadas con nuevos materiales que las actualizan. Así una bella piedra gris en la mesa del comedor sustituye al mármol tradicional de Saint Laurent, y una reinterpretación de la icónica mesita TRG reina en el salón... La impronta de los 60 se respira en esta vivienda contemporánea, pero a la vez muy señorial y volcada literalmente al paisaje: la pareja Willy-Jimena tenían muy claro que no querían cortinas que cubrieran los ventanales. “En los edificios del siglo XVIII no se utilizaban. Además, frente a nuestra casa no hay nadie que pueda estar mirando...
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Si no contamos a Mona Lisa, ¡claro!”.
EL ESPÍRITU DE RIZZO SIGUE MUY VIVO Y LA IMPRONTA DE LOS 60 SE RESPIRA EN TODOS LOS ESPACIOS