Cuidada geometría y un deslumbrante juego de azules y grises en un piso en Madrid, proyectado por Teresa Sapey+Partners.
Geometría, azules y grises marcan la estética de este apartamento madrileño, obra de Teresa Sapey+Partners, con firmes alusiones a Gio Ponti y al arte cinético venezolano. Un guiño al origen de sus propietarios.
GIO PONTI FUE LA INSPIRACIÓN PARA EL MURAL DE MADERA QUE REVISTE LA ENTRADA
Gris? ¿Por qué gris oscuro? Creía que siempre habíamos hablado de tonos luminosos”, la respuesta, a través del océano Atlántico, resultaba inusitada: “Acabo de entender así este ático, no tengas miedo”. El diálogo cómplice entre Teresa Sapey, arquitecta italiana afincada en Madrid, y la propietaria del piso, venezolana, terminó en risas: “Confío en ti, pero de momento no se lo cuento a mi marido”. Esta elección respondía a una doble intención: por una parte, resaltar la formidable colección de obras de arte de los dueños de la casa, una pareja de coleccionistas amantes de la estética que vive a caballo entre Madrid, USA y Latinoamérica, muy sensible a la calidad y a los detalles del diseño. Y por otra, armonizar con los tonos azules elegidos en honor a Gio Ponti y a las casas que el gran creador milanés diseñó en Caracas, El Cerrito o Villa Planchart y Diamantina o Villa Arreaza. Pero antes de la gama cromática, hubo mucho por decidir en este apartamento dúplex situado en el elegante barrio madrileño de Salamanca, pues el estudio Teresa Sapey+Partners también fue el responsable de los proyectos de arquitectura e interiorismo de las zonas comunes del antiguo edificio que lo alberga, gimnasio, spa, cineteca... donde el juego geométrico actuó como lenguaje común para articular el trabajo, partiendo de los espacios compartidos se prolonga hasta el interiorismo de la vivienda, inspirado asimismo en las formas geométricas que definen la obra de grandes artistas venezolanos, como es el arte cinético de Carlos Cruz Diez y de Jesús Soto. Un soporte decisivo para el éxito del conjunto fue la confianza del promotor: “Contamos con libertad a la hora de diseñar y plantear el proyecto, lo que nos ha permitido no solo crear espacios flexibles, también la elección de materiales de calidad, como es el caso del solado, un cerámico continuo de exterior e interior”. Y con respecto a la vivienda: “Lo que más me gusta de este ático de 170 metros cuadrados es su distribución, con las zonas de living y de cocina abiertas; me encanta la terraza que antes no existía, tan silenciosa como sólo se puede encontrar en el corazón de Madrid, y con las habitaciones ubicadas en otra planta garantizando el descanso”. La complicidad entre la arquitecta y los propietarios, “hemos trabajado mucho juntos y ha sido magnífico”, fue decisiva para ver cumplido el objetivo con el que se afrontó el proyecto: “Conseguir una casa acogedora llena de arte, un museo
• vivo, viviente, dinámico y activo”, concluye Teresa Sapey.
EL DISEÑO BESPOKE DE LA COCINA Y LA LIBRERÍA BAJA PERMITIÓ LA OPTIMIZACIÓN DEL ESPACIO
LOS CIELOS DE MADRID, MÁS INTENSOS, CELESTES, BRILLANTES, SUAVES... TIENEN SU HOMENAJE EN CADA HABITACIÓN