NEW YORK STORY.
Arte, diseño e impresionantes vistas al skyline en un apartamento en Tribeca, reformado y decorado por la interiorista Jasmine Lam.
Los propietarios de este apartamento, una pareja joven con tres niños, se cuentan entre los primeros en mudarse al icónico edificio que lo alberga. Obra del estudio Herzog & de Meuron, está en Leonard Street, en el barrio neoyorquino de Tribeca, y es conocido coloquialmente como la “Torre Jenga” por su parecido a este juego de bloques de madera. De 250 m de altura y singular arquitectura, este rascacielos fue concebido por estos arquitectos suizos como una pila de viviendas individuales, en la que cada una de ellas es única e identificable. Antes de habitar el apartamento, sus propietarios decicieron adaptarlo y decorarlo a su estilo con la asesoría de la diseñadora de interiores Jasmine Lam. “Querían que el diseño de interiores fuera contemporáneo, cómodo y limpio. Tenía que ser un apartamento seguro para los niños, pero también sofisticado, moderno y artístico”, nos cuenta Jasmine.
En este apartamento de 204 m2 y 23 m2 de terrazas, la distribución debía realzar los puntos fuertes de la casa, es decir, su luz natural y las impresionantes panorámicas, de manera que en el amplio espacio abierto destinado al salón, el comedor y la cocina, los muebles están orientados al disfrute del skyline neoyorquino. “Este ambiente es fantástico, podría quedarme todo el tiempo mirando las vistas al río Hudson”, señala Jasmine, cuyo estudio diseñó, además, piezas de mobiliario que encajan como un guante en los distintos ambientes y conviven en feliz armonía con otras icónicas del diseño.
Entre las aportaciones clave del estudio de Jasmine Lam están la iluminación de la casa, el diseño de la cocina y la realización de elementos de carpintería a medida que cumplen finalidades funcionales y estéticas. Un ejemplo es la pared personalizada en el recibidor que alberga una escultura-espejo del diseñador Robert Sukrachand. Esta estructura, con una iluminación LED encastrada, incluye un banco con espacio en su interior para guardar prendas y accesorios y, además, sirve de soporte a la TV desde el lado del salón. Otras construcciones a medida que se añadieron están en la cocina, en el vestidor del dormitorio principal y en los baños. Todos tienen la misma madera de roble teñido de gris que combina con las tonalidades grisáceas y azules de textiles y acabados en toda la casa. El resultado es un flow refinado que une los distintos espacios, y en el que obras de arte de la colección de la familia conviven con escogidos muebles y accesorios. Jasmine Lam trabajó en permanente diálogo con los propietarios, sobre todo respecto a la función de cada rincón. “Quisimos, ante todo, crear un espacio cálido, que invitara a
• estar en él, sin sensación de frialdad”, concluye.