DE LO SENSIBLE.
Las personales mesas de Navidad de Álvaro Catalán de Ocón, Casa Josephine y Luis Puerta.
ÁLVARO CATALÁN DE OCÓN RECUPERAR LOS PEQUEÑOS GESTOS catalandeocon.com y acdo.es
Lidera un equipo multidisciplinar en su estudio de diseño artesanal donde crea piezas de mobiliario, iluminación y complementos de líneas depuradas y aparentemente sencillas, que aglutinan diseño industrial y técnicas de artesanía tradicionales. Su colección de Pet Lamps, que arrancó en 2012, es la que más le ha valido la fama y el reconocimiento internacionales. En esta mesa que ha creado para ELLE Decoration, “He imaginado un campo invernal nevado que deja entrever las hierbas de primavera secadas por el verano. Quería que cada pieza fuese una obra maestra del diseño o la artesanía, pero que para apreciarla tuvieses que acercarte y fijar la atención en los detalles. Objetos aparentemente anónimos pero excepcionales en su ejecución y uso de materiales, siempre llevados al límite”, dice. Para Álvaro, tras el confinamiento, el aprecio por los pequeños gestos se ha acentuado, “Al volver al estudio hemos desarrollado un producto muy sencillo para enaltecer las hierbas que crecieron en primavera. Pequeñas obras de la naturaleza que al colocarlas en los Plinto se ponen en valor, individualizándolas como hizo Karl
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Blossfeldt con su cámara fotográfica”, argumenta.
“Desde su austeridad, cada objeto nos invita a fijarnos en detalles exquisitos y en sus ricas texturas. Estos meses hemos educado los sentidos para apreciarlos más”
CASA JOSEPHINE UN TETE A TETE CON SIMBOLISMO BÍBLICO casajosephine.com
Arte, vanguardia y tradiciones populares se citan en las creaciones que salen del estudio Casa Josephine, abierto en Madrid, en 2012, por Íñigo Aragón y Pablo López Navarro. Su formación como historiadores del arte marca su punto de vista de un festejo navideño. “Es una propuesta experimental para dos, un tête à tête en el que hemos partido de cero para ofrecer una opción colorista, decorativa, de materiales y significados”, dicen. La apuesta se enmarca en el barrio de La Latina en una antigua residencia conventual que “para nosotros tiene el espíritu de una casa de pueblo en el centro de Madrid. Es nuestro refugio”. El ambiente refleja una potente carga emocional en clave simbólica y lo explican así: “Hemos elegido algunos elementos que remiten al cristianismo de manera muy concreta (el pan, el agua, la sal, la plata, la veneración de ídolos...), y otros que de manera más general aluden al significado universal de la celebración de un nacimiento (el huevo, una escultura de Venus, esculturas de la fertilidad...)”. Montar esta mesa ha sido para ellos “un reto intelectual. Nuestra conexión con el espíritu de la Navidad es por lo universal y lo poético de sus metáforas: la idea de que cada
• niño que nace es la luz del mundo, es maravillosa”, concluyen.
“El manojo de avena silvestre, recogida en el campo segoviano y colgada del techo de esta casa del s. XVIII, alumbra la escena y pone el acento campestre”