EL FACTOR SORPRESA.
El diseñador de calzado Samuele Failli crea su paraíso en una villa en La Toscana.
Provoca asombro la dualidad de esta villa en la Toscana. Su historia de siglos se refleja en el exterior, mientras que los interiores rezuman audacia decorativa: itervenciones artísticas y muebles icónicos componen un atrezo extraordinario. Su propietario e “ideólogo” es el diseñador italiano Samuele Failli.
Por fuera es una preciosa villa tradicional de campo inmersa en un ondulado paisaje de colinas. Una estampa bucólica muy típica y muy tópica en esta zona cercana a la ciudad italiana de Arezzo. Pero al cruzar el umbral, la decoración te sacude con un punch visual inesperado, una escenografía llena de osadía, potentísima, en la que el arte y los muebles de diseño de los años 50, 60, 70 colonizan los distintos espacios.
El creador italiano de calzado, Samuele Failli, ha encontrado aquí su lugar en el mundo, ese que le devuelve a la tranquilidad de sus raíces, tras la vorágine profesional del día a día: “La primera vez que lo vi, el edificio estaba en un estado de deterioro total, tanto que algunos de los elementos originales permanecían ocultos. Pero tenía el encanto que da el abandono y respiraba historia, lo que inmediatamente me empujó a decidir que éste sería mi hogar. Así y todo, era muy consciente del mucho trabajo que quedaba por hacer”.
Para materializar ese sueño, confió plenamente en dos arquitectos muy jóvenes, Margherita Bacci y Cosimo Bonciani, que cuando se inició la reforma apenas tenían los 25 años. Gracias al apoyo de Studio 1 Architetti, el estudio de arquitectura radicado en Florencia, nació un proyecto de reconversión profundo, cuyo objetivo fue dotar a un contexto doméstico rural de una estética muy moderna, pero que respetaba y preservaba escrupulosamente la estructura original de la construcción. “Nos comprometimos a obtener una puesta en escena muy limpia y lineal, explican Bacci y Bonciani. Elegimos suelos con parquet de espiga clavado a mano, baldosas artesanales y paredes y vigas de madera pintadas de blanco. De esta manera, el rico y colorido arte de Samuele y la colección de “antiguedades modernas” destacan de forma equilibrada y se evitan los solapamientos no deseados”.
Las grandes superficies -la vivienda cuenta con tres plantas-permitieron también a Failli y al equipo de arquitectos crear diversos decorados, todos muy originales y armoniosamente unidos a pesar de sus fuertes personalidades: “Cada espacio tiene un estado de ánimo propio”, explica el diseñador. Este marcado contraste los hace únicos y te transporta a través de ellos en un viaje sensorial.
Desde las ventanas se contempla un horizonte verde y pequeños pueblos a lo lejos, pero en vez de la campiña toscana, esta villa parece sacada de Palm Springs. Por ello, la sorpresa es máxima cuando llegan invitados por primera vez a la casa: que nadie espere encontrarse con un previsible estilo country chic, porque se equivocan por completo... La impresión final siempre es de un wow! •