CINCO PREGUNTAS A... LUIS GORDILLO
La unión entre tradición artesana y vanguardia pictórica confluyen en la serie de azulejos creados por el pintor sevillano como continuación del Premio de Arte Catalina D’anglade que ganó en la edición de Arcomadrid 2019.
“Gordillo (Sevilla, 1934) no tiene miedo a lo nuevo”, en palabras de su mentora en este proyecto Catalina D'anglade. Y, añade que esta suerte de experimento “también es un guiño a sus abuelos alfareros”. Él mismo nos cuenta qué hay detrás de este trabajo. ¿Por qué le inspiró Frank Sinatra?
Su música es hipersentimental, sale del mundo profundo del cantante, de debajo de la piel. Mis dibujos, creo, también brotan del mismo nivel aunque de una capa muy distinta. Cuando empezamos a pensar en este tema, los dibujos siempre nos parecieron que tenían ese algo que les hacía especiales y que podían quedar muy bien en el soporte cerámico. Los doce elegidos forman como una “familia”.
¿Qué significa fluir de lo profundo? Desde mis inicios en París, finales de los 50, mis dibujos informalistas han sido rápidos y espontáneos y, repasando los últimos, hubo doce que encajaban perfectamente. ¿Ha sido distinto a pintar un cuadro? El lienzo es un proceso más lento y duro. En el estudio hago obras pequeñas a modo de maquetas. Intervienen todos los medios a mi alcance: dibujo, foto, ordenador, collage, pintura... De esta serie elijo mi próximo cuadro. ¿La cerámica le trae recuerdos?
Sí, mi familia materna en Sevilla estuvo comprometida en este campo. Mi abuelo, trianero, hizo casi de la nada una gran fábrica de ladrillos y, posteriormente, sus hijos montaron un gran taller de cerámica. Yo era un crío y recuerdo el espacio.
¿Por qué este material?
La idea era llegar a nuevos públicos con una obra novedosa, seriada, sobre un soporte atractivo, distinto. Crear algo que no hubiera hecho con anterioridad. Esto permitía tener una obra mía que podía ser interesante para un público coleccionista
• que busque algo distinto y especial. www.catalinadanglade.com