Empieza bien
El diseño de muebles outdoor juega con ventaja pues el espacio al que van destinadas estas piezas “sale de fábrica” con el sello del placer: sus coordenadas de aire libre, mar o piscina próximos, jardín, sombra... todo suena a vacaciones y a ocio, a vida buena, empezamos bien. Incluso los espacios públicos que lo exigen son lugares en los que reinarán el bienestar y las conversaciones amigables. Esto no significa que sea fácil, aunque los diseñadores cuentan con ello, saben que tienen la responsabilidad de mejorar un sitio ya privilegiado y que las tumbonas, mesas y sillas que conciban para él han de ser, -además de confortables-, resistentes, sostenibles, apilables y bellas. La industria les está ayudando con la producción de materiales y tejidos pero, como a estas alturas ya sabemos que la tecnología no implica alma, son los diseñadores quienes han de proporcionar emoción y habitabilidad al espacio abierto. Ellos tienen que acotar sin tabiques, iluminar el cielo y, teniendo en cuenta las horas que pasaremos allí tumbados, ¡hasta a cuidar las espaldas! Y además con belleza. Es evidente, el ámbito del mueble de exterior vive actualmente su mejor momento debido a que el cambio climático nos empuja a salir incluso en invierno y a que las circunstancias pasadas en la pandemia pusieron en valor las bonanzas del aire libre, y se trata de mucho más que una nueva división del interiorismo, es otra manera que nos llega para celebrar la vida, para disfrutar de dimensiones antes restringidas o infravaloradas y debemos aprovechar sus ventajas, juega a nuestro favor. •
“Los diseñadores dan habitabilidad y emoción a los espacios al aire libre ”