TRES PREGUNTAS A... SANDRA GAMARRA
La artista peruana afincada en Madrid nos cuenta detalles de su Pinacoteca Miwwgrante, proyecto elegido para representar a España en la 60¡ Bienal de Arte de Venecia en 2024.
Nació en Lima y desde 2002 vive en Madrid, donde es representada por la galería Juana de Aizpuru. Es la primera artista no nacida en España a cargo del pabellón español en la Bienal de Venecia. Ésta tendrá por primera vez a un comisario latinoamericano, el brasileño Adriano Pedrosa, y abrirá del 20 de abril al 24 de noviembre. ¿Qué veremos en Pinacoteca Migrante? Ocupará el pabellón de la Bienal, revistiendo sus paredes como un museo histórico con reinterpretaciones de pinturas que forman parte de las colecciones de museos del territorio español. Estas pinturas tienen como protagonistas personajes, paisajes y objetos, tanto culturales como productos naturales, provenientes de las excolonias y que sirven de terreno desde el cual repensar el pasado, actualizando el presente. Hay que entender que el mismo concepto de pinacoteca también ha migrado, es nuestra cultura migrante. ¿El proyecto girará en torno a las consecuencias de la colonización? ¿Con qué enfoque?
Sí, las consecuencias que se produjeron también aquí y que determinan las relaciones que se mantienen hasta hoy, no solo con las excolonias, sino incluso dentro de nuestras propias fronteras, cuando nos encontramos con sistemas que cuestionan lo que llamamos progreso. En ese sentido, el enfoque o el cuestionamiento se dirige a nuestra cultura occidental, sus formas de jerarquía y clasificación.
¿Qué expectativa o sueño tiene del proyecto? Me gustaría pensar que, ante las crisis migratorias pasadas, actuales y futuras, podamos entender nuestro papel en ellas y entendernos como un resultado de estos procesos. Nuestros propios cuerpos han evolucionado en carencia y nuestro pasado está plagado de guerras. Términos que usamos en el día a día, como por ejemplo “conquistar” cuando nos referimos a enamorar, la mayoría de nuestros juegos son de ganar o perder. Y sin desmerecer la competencia, creo que podemos imaginar otras maneras de convivir.