CUATE, AQUÍ HAY ARTE…
Con los primeros fríos, encontramos a las golondrinas viajando hacia el sur. Es su periplo anual. Son tan disciplinadas... La bandada de las artes –más estorninos que cigüeñas– también tiene sus rituales. También son muy obvios. Y en febrero, con la retirada de Arcomadrid del mes, es el turno de volar a la capital antes conocida como Distrito Federal. Allí se celebra ZONAMACO. Hay mariachis, tequila y, de paso, algo de arte desde las 8 de la mañana hasta la madrugada. La ciudad, como París en los veinte del siglo pasado, es una fiesta. Aunque aquí son muy ricos –los que asisten– pero, también, muy felices. Al menos, por unos días.
Desconozco el número de aviones privados estacionados en febrero de 2023 en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez o en el de Toluca, pero debían ser muchos. Durante la 19ª edición de la feria ZONAMACO hubo una alta concentración de acaudalados, coleccionistas, comisarios, #influencers de diferente pelaje… y, por supuesto, artistas que convirtieron Ciudad de México en la capital del arte mundial por unos días, por lo menos, en Instagram. También ignoro la repercusión del evento en X –antes Twitter– pero selfies hubo para empapelar de arriba abajo la National Portrait Gallery de Londres.
Del 7 al 11 de febrero se celebrará la 20ª edición de la feria. Reunirá más de 200 galerías de casi 30 países. Volverá a reinar la pintura –a veces ejerzo de pitonisa– pero también habrá hueco para la escultura. Eso sí, costará encontrar algún vídeo. Hay una sección específica de fotografía, otra de antigüedades y de mobiliario de diseño. Eso que ahora denominan “mobiliario coleccionable”.
Adquieran o no, lo interesante es lo que pasa en la ciudad. Presumen de tener 170 museos, lo que coloca a CDMX entre las tres urbes del mundo con mayor número de centros, junto con Londres y París. Es un dato no contrastado, pero muchos de ellos programan acciones especiales y guateques durante la semana. Son de visita obligada: Jumex, Tamayo, MUAC (Museo Universitario de Arte Contemporáneo), Museo de Arte Moderno... Solo con la enumeración estoy agotado. Necesito ibuprofeno. ¿Pero cuál es el atractivo para concentrar tan altos intereses? Aparte de los 24 grados de temperatura y los chupitos, la escena artística local se ha enriquecido en la última década. Como ejemplos, los estudios –casi museos– de Bosco Sodi o Pedro Reyes. Son visitables. Hay media docena de galerías que juegan en la primera división mundial: OMR, Labor, Kurimanzutto... Está una emergente tribu de expatriados –esos modernos nómadas que no conoció Bruce Chatwin– que, tras la pandemia, eligieron la ciudad como punto equidistante entre Nueva York y Los Ángeles. Ya saben, si Madrid es el nuevo Miami, Ciudad de México es el nuevo Berlín. Aquí el dólar se estira más.
Y, por supuesto, está la gastronomía. Recuerden, aquí el almuerzo se alarga –sin necesidad de tardeo– hasta la noche. Pueden saltarse Pujol, pero reserven en Máximo Bistro, Contramar, Rosetta, San Ángel Inn, Martínez… Recomiendo desayunar (y visitar la exposición de turno) en Lagoalgo. Y, antes de que lo pregunten, mi hotel favorito es el lujoso Casa Polanco, seguido del monacal Círculo Mexicano. Lo sé. No tienen nada en común. Pero vivo en una continua contradicción.
Lo mejor de ZONAMACO es que puedes amortizar el pasaje alargando la estancia. La semana anterior, en el “pre”, hay que dejarse ver en Guadalajara. Se pueden visitar los estudios de los artistas José Davila, Eduardo Sarabia o Jorge Méndez Blake. Aquí ejercen de anfitrionas las españolas Silvia Ortiz e Inés Lópezquesada, socias y fundadoras de la galería Travesía Cuatro, con sede, además de en Madrid y CDMX, en esta ciudad del estado de Jalisco. Y después de la clausura, el destino es Puerto Escondido, en la costa del Pacífico, para visitar Casa Wabi, la fundación de Sodi firmada por Tado Ando, o la galería Meridiano de Boris Vervoordt. La tumbona y la margarita son opcionales. ¿Próximas paradas? Frieze Los Angeles (29 de febrero al 3 de marzo) y Arcomadrid (6 al 10 de marzo).