Alba Galocha, en la piel de Chanel
‘Gabrielle’, sinónimo de rebeldía antes de que naciese la ‘maison’, es hoy el nombre del último MUST de Chanel: una colección de bolsos con perfume a la vista. La modelo y aztriz Alba Galocha nos inspira.
Si un genio convirtiera a Alba Galocha (Santiago de Compostela, 1990) en un accesorio, ella pediría que fuera en unas zapatillas de deporte: «Cuando mejor te lo pasas es llevándolas, porque puedes perder un poco el control. ¡Son lo más cómodo que hay!». Y es justamente el confort la cualidad prioritaria en la que pensaba Gabrielle Chanel (más conocida como Coco) a la hora de diseñar. Ella fue la mejor amiga de la mujer y, cogiendo prestadas prendas de los hombres, diseñó un universo de piezas ligeras, prácticas, fuertes y a la vez elegantes, en las que la libertad estaba siempre presente. Karl Lagerfeld lo sabe, y por ello ha hecho desfilar en su show de primavera-verano 2017 a un nuevo hit que no hubiera podido llamarse de otra forma que Gabrielle.
Se trata de un bolso (destinado ya a ser todo un icono) que se inspira en la forma de las gafas de realidad virtual y en los estuches de los prismáticos que los caballeros portaban cuando iban al hipódromo. ¿Una virtud añadida? La bandolera ajustable que permite llevarlo de muchas maneras diferentes, y cómo no, todas ellas funcionales. Para darlo a conocer en nuestras páginas no podríamos haber elegido mejor partenaire que Alba. La top gallega, ahora convertida en actriz tras participar en las películas españolas El hombre de las mil
caras (2016), No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (2016) y Plan de fuga (2017), y en la francesa Si vieses su corazón (aún pendiente de estreno), sigue ligada a la moda gracias a su cuerpo menudo de 1,71 metros de altura, sus rasgos dulces, una mirada de lo más intrigante y un atrevido corte a lo garçon que le abrió las mejores puertas del mundillo fashion.
La gran Coco Chanel dijo: «Una mujer que corta su pelo está a punto de cambiar de vida». ¿Estás de acuerdo con eso?
Yo creo que es así. En mi caso, hacía mucho tiempo que tenía ganas.
«UN NUEVO CORTE DE PELO CONLLEVA UN GIRO VITAL. UNO RADICAL SUPONE CAMBIAR DE CHIP»
Y es verdad que esos momentos en los que quiero darle una vuelta a mi look capilar conllevan una especie de giro vital. Incluso ahora, con el cine, me he dado cuenta de que, cuando acabas una película, sigues teniendo el estilismo del personaje. De alguna forma, tocarlo significa: «Vamos a por el siguiente proyecto», o bien «volvemos a ser Alba». Y una transformación radical, en cierto sentido, supone cambiar el chip. Cuando lo hiciste, tu carrera profesional dio un vuelco, ¿no es cierto? Totalmente. Los bookers siempre me decían que no me lo cortara, pero a mí me apetecía. Además, era un
momento en el que las modelos empezaban a ser personalidades.
La fundadora de Chanel también lo era. ¿Qué te parece como mujer? Fue una persona muy importante para la costura. Creo que estaba muy dolida por dentro, y que su válvula de escape era rebelarse contra las normas establecidas, en este caso, en el estilo. Como, por ejemplo, que la mujer no vistiera pantalones. La admiro.
¿Y cómo eres tú?
Es complicado describirse a una misma, pero te puedo decir que soy introvertida, aunque por mi trabajo me he abierto bastante, y que cuando pierdo la timidez hablo mucho. Soy risueña y totalmente sincera. A veces, demasiado...
En la moda no eres muy apocada. ¿Mezclas sin miedo?
Cada vez me gusta más combinar las cosas y vivir un poco en la locura. Me parece que la ropa está para divertirse. Viví dos años en París e iba siempre de negro y gris. Ahora, en Madrid, todo es color en mi armario y hasta llevo un calcetín de cada par. ¡No hay nada que no me pusiera nunca! Bueno, sí: rojo con rosa (risas).
También te atreves con los tatuajes y, de hecho, tienes 25. ¿Algún favorito?
El elefante de El Principito que tengo en un tobillo, porque es una novela que me ha marcado en distintas etapas de mi vida. En el otro tengo una dedicatoria que me escribió mi hermano en un libro hace tiempo: «No dejes que los monstruos que te rodean te atrapen y te cambien». Y una flor que me hice un poco sin pensar (risas)... Mi hermano mediano es tatuador y, mirando su libreta de dibujos, pensé: «Lo quiero». El vínculo que tengo con él representa mucho para mí.
¿Y cuál es tu relación con el cine?
Es lo que realmente me apetece ahora. He hecho mucha pasarela y quiero centrarme en la interpretación porque me lo paso muy bien y aprendo un montón. Ha sido empezar y no parar: ya he rodado cuatro películas y estoy contentísima.
¿Te gustaría interpretar a Coco?
Por supuesto, ¡sin duda!
Ella solía decir: «Antes de salir de casa, mírate al espejo y quítate un accesorio». ¿Qué opinas?
En verano es cuando voy cargada y, de repente, me echo encima cuatro colgantes, sortijas, pendientes... pero es porque estoy de vacaciones. Ahora, con las pruebas de vestuario, no me adorno con demasiadas cosas, aunque me fascinan. Por ejemplo, las joyas con las que he venido hoy son de mi madre y de mi abuela.
¿Te atraen las que tienen un pasado?
Sí. Pero además soy la única hija de la familia, así que mis regalos de Navidad son siempre joyas que ellas ya no se ponen. Me las van dando con un «esto lo usaba yo cuando tenía tu edad». Y a mí eso me encanta.
El nuevo bolso Gabrielle
parte de una bonita historia. ¿Qué te parece?
La colección es genial, sobre todo porque es cómoda y fácil de llevar, no es sólo algo para un momento puntual. A la hora de invertir en un bolso quieres que te salga rentable, que puedas usarlo toda la vida, y Gabrielle
es así. Es perfecto para todas las generaciones y para todos los días.
¿Cuál es tu favorito?
La mochila es comodísima, aunque ya no cojo tantos aviones como antes, que iba cargada con el ordenador, un libro, la revista... ¡Era un cristo! Con el tiempo he aprendido a liberar equipaje.
¿Qué es lo más raro que traes en tu bolso?
Pues una tontería... un juguete de Kinder Sorpresa que siempre llevo encima. Es blandito y, cuando me pongo nerviosa, me gusta morderlo.
Coco Chanel pensaba que «una mujer debe ser dos cosas: fabulosa y con clase». ¿Y Alba Galocha? Feliz y segura de sí misma. Están relacionadas, porque para estar alegre debes tener confianza en quien eres. ■
«SOY TÍMIDA, PERO MI TRABAJO ME OBLIGA A ABRIRME. Y SI LO HAGO, PUEDO HABLAR MUCHO»