Cindy Kimberly, tras los pasos de las supermodelos con Guess.
Cindy Kimberly recoge el testigo de las ‘tops’ que arrasaron en los 90. ¿Su legado? Los grandes ÉXITOS del estilo ‘made in USA’.
Corría 1989 cuando el fundador de Guess, Paul Marciano, llamó a la puerta de una joven y desconocida maniquí llamada Claudia Schiffer. Quería que apareciese en una de sus campañas, que protagonizase un shooting que supondría un antes y un después en la carrera de la alemana: las potentes imágenes en blanco y negro capturadas por Ellen von Unwerth para la casa acabarían colocándola en el mapa de la moda, llevándola a asaltar cientos de portadas de revistas y empujándola a alzarse con el merecido título de top. Había nacido un icono. Sin embargo, el de Schiffer no fue un caso aislado; tras ella les llegó el turno a nuevas aspirantes a estrella, como Gigi Hadid, Laetitia Casta y Adriana Lima, entre otras, todas dispuestas a certificar que la etiqueta estadounidense era una fábrica de supermodelos y a definir el ADN de sensualidad, belleza y, principalmente, actitud que caracteriza a Guess. Y en ese perfil encaja al milímetro Cindy Kimberly (Ámsterdam, 1998), quien, en apenas 24 meses, ha conquistado el universo fashion.
Fue Justin Bieber quien encendió las alarmas. Porque, en diciembre de 2015, el canadiense publicó en Instagram la foto de un rostro femenino de rasgos imponentes y escribió al pie de la imagen un elocuente «Dios mío, ¿quién es esta?». Encendida la mecha (y la intriga) en Internet, la prensa tardó poco en identificar al amor platónico y virtual del cantante: se trataba de una chica de 17 años residente en Denia (Alicante), de nacionalidad española y origen holandés, llamada Cindy y apellidada Kimberly, que hoy, con los 20 ya en el horizonte, acumula cuatro millones de seguidores en la red social que le sirvió de trampolín (más que cualquiera de sus compatriotas, con la excepción de un puñado de futbolistas y del tenista Rafa Nadal), reside con su madre en Barcelona y trabaja para una de las agencias más prestigiosas de la industria, Uno Models (la misma que representa a Bar Refaeli, Coco Rocha y Ana Beatriz Barros). Kimberly es una mujer de una belleza exótica que remite a tops de la talla de Irina Shayk y la ya mencionada Adriana Lima, ambas, musas del señor Marciano en varias ocasiones. Así que ¿quién mejor que ella para invocar el espíritu de las chicas Guess? Casi tres décadas después de aquella icónica campaña que disparó la
CON 19 AÑOS, PUEDE PRESUMIR DE SER LA ESPAÑOLA CON MÁS SEGUIDORES EN INSTAGRAM: SUPERA LOS CUATRO MILLONES
popularidad de Claudia Schiffer, Cindy emprende un viaje de estilo hasta los primeros compases de los 90, en busca de los grandes clásicos de la firma. Y lo hace en exclusiva de la mano de ELLE, en una sesión que rinde homenaje a los pantalones vaqueros de talle alto, los bodies de estética deportiva, los estampados de lunares y los acabados desgastados. Tampoco faltan los accesorios de inspiración cowboy, los minishorts, las cazadoras en denim, los perfectos de cuero ni, por supuesto, las míticas camisetas estampadas con el logotipo de la casa. Piezas, en definitiva, que se convierten en esta ocasión en una máquina del tiempo para recrear el inconfundible aroma made in USA de Guess.
Más allá del tributo, el shooting constituye otro paso adelante en una trayectoria imparable, que no deja de cosechar likes. La clave del éxito hay que buscarla en la mentalidad de Kimberly, que se ha fijado una meta clara y ha apostado por concentrarse en su profesión. Por eso, aunque se lo han propuesto más de una vez, rechaza participar en reality shows y hablar del asunto Justin Bieber. Ese capítulo, toda una mina de rumores, es agua pasada. Para empezar, porque el músico ya no la sigue en Instagram (clausuró su cuenta en agosto de 2016). Para terminar, porque ella mantiene una relación a distancia con el modelo estadounidense Neels Vissers. Con paso firme y velocidad de crucero y sin distracciones que la torpedeen por el camino, el futuro es suyo. ■
‘JEANS’ DE TALLE ALTO, CAZADORAS Y CAMISETAS CON EL LOGO RECREAN EL ‘LOOK’ CLÁSICO DE LA ETIQUETA