VUELVE EL MAESTRO Aguayo al frente del regreso de Pedro del Hierro al ‘show’.
Mucho ha cambiado desde que Nacho Aguayo cogió las riendas creativas de la firma Pedro del Hierro. En plena resaca de su regreso a los SHOWS, hablamos de los nuevos comienzos, de las musas y de la vida.
«YO QUIERO QUE LAS MUJERES ENCUENTREN EL LUJO ACCESIBLE EN PEDRO DEL HIERRO» (NACHO AGUAYO)
Ha regresado. Y lo ha hecho a todo tren, por la puerta grande... y para quedarse. Hablamos de Pedro del Hierro, que ha vuelto a la pasarela tras 16 años de ausencia con un desfile, el de primavera-verano 2018, que tenía por lema precisamente #PedroIsBack. Y todo de la mano de su director creativo, Nacho Aguayo. En el show, tanto los diseños como la escenografía (el Museo del Ferrocarril de Madrid) hacían un maravilloso guiño a la amplia vida profesional del creador. «Estoy muy agradecido, porque transcurrió tal y como yo lo había imaginado», asegura Aguayo. «Había muchos homenajes; por ejemplo, la música era una canción de The Divine Comedy a la que dediqué una colección cuando estaba en mi firma (de 2010 a 2015). En las siluetas había una clara referencia a la diseñadora Carmen March, con la que colaboré muchos años y a la que me une una especial relación; sólo espero que, al verlo, pensara: “¡Quiero comprarme muchas cosas!”. También a mi madre, a mi equipo (al que intento cuidar día a día) y, cómo no, a Pedro». Y, en ese momento tan especial, tampoco podía faltar Eugenia Silva; amiga de la marca y admiradora tanto del fundador como de su actual heredero, la top estuvo en pleno front row. «Pedro era la locura de los años 90, por su personalidad y por su forma de trabajar; un diseñador de superestrellas», recuerda ella. «La firma de ahora, la de Nacho, la siento más realista, y también me apasiona. Hace looks intercambiables, que puedes usar de día y de noche. Adoro su concepto de la moda». Nacho, ¿cómo es Eugenia?
Siempre la he admirado mucho como modelo y, ahora, también como profesional. Es fuerte, cosmopolita, de espíritu joven, divertida... Una persona que quiero tener cerca porque todo lo que me trasmite es bueno. Y, si va vestida de Pedro del Hierro, más (risas).
¿Qué aporta la etiqueta a las mujeres?
Me gusta que encuentren un universo diferente, con un colorido bonito y con prendas de calidad. En definitiva, el lujo accesible, que es lo que su fundador siempre buscaba.
¿En qué más está él presente?
He puesto todo mi empeño en no olvidarle. De hecho, para mí, más que #PedroIsBack, la colección debería llamarse Querido Pedro. Al concebirla, pensé: «¿Qué habría hecho él?» Quise recuperar a su clientela a través de sus tonos terracotas tan característicos, o de piezas con patchworks inspiradas en sus archivos. Me interesa captar a su público y recuperar su tipo de belleza. Poner los materiales más ricos al alcance de la gente... ¿Es esa la clave?
Pedro era un innovador en los colores y los tejidos; incluso hacía sus propios estampados. No era un diseñador, sino un artista. Pero lo que más me interesa es su búsqueda del lujo accesible. Fue el primero que tuvo un corner
en unos grandes almacenes, porque su obsesión fue lograr una industrialización que le permitiera llegar a más personas. ¡Y eso, en plenos años 70! Fue un visionario a la hora de ofrecer una buena relación calidad-precio.
«ADORO EL CONCEPTO DE MODA QUE NACHO ESTÁ CREANDO. ES IGUAL PARA DÍA Y NOCHE» (EUGENIA SILVA)
¿Qué recuerdas de él como persona?
En mi etapa junto a Carmen March en la marca, fuimos a verle a su casa en la calle Velázquez de Madrid; allí, pasamos horas con él en un cuarto lleno de libros y recortes. Nos enseñaba fotos y nos contaba mil historias sobre sus clientas. Tras fallecer, pensé que tenía que haberle preguntado más cosas, pero me quedo con que tuve la suerte de pasar varias tardes con él.
¿Y qué es lo que hay de Nacho Aguayo en la firma?
En esta nueva etapa, a veces, pienso: «¿Quién es Nacho Aguayo?». Ahora es Pedro del Hierro. Al acabar el desfile, las personas que me conocen bien me dijeron que todo era «muy yo». Eso me emocionó. Soy alguien que huye de las tendencias, y mi intención es crear una colección bonita; que la gente la vea y piense: «Está hecha con buen gusto».
¿Qué más has aportado?
En esta marca siempre se ha hecho un muy buen trabajo. Así que yo llegué y mantuve el equipo, que es maravilloso. Creo que lo que he traído es coraje, un punto de valentía; que digamos: «¡Vamos a hacerlo!». Aunque sea sólo por imagen, hay que ir un paso más allá. Antes, todo estaba centrado únicamente en vender, y yo lo que intento es generar colecciones.
¿Y cuáles son las líneas que podemos encontrar entre los del desfile?
looks
Una es Red Carpet, pensada para ocasiones especiales; también hay una selección de piezas See Now, Book Now, que se podían encargar en el mismo momento del show; y, por último, prendas de la colección comercial que reinventamos para pasarela. Una parte es arreglada y la otra, casual; lo importante es ligarlas y saber que puedes coger un vaquero y ponértelo con una blusa formal. Creamos un universo para que la clienta haga y deshaga a su gusto, construya su armario y se defina; todo dentro de Pedro del Hierro.
¿En qué te has inspirado para este armario de primavera-verano?
Pienso en un tipo de belleza o de persona. Mi madre está siempre muy presente: es una mujer trabajadora, con mucho carácter... igual que Eugenia Silva. Quiero prendas que sienten bien y que te solucionen la papeleta. Que te duren.
¿Qué pieza resume esta filosofía?
El esmoquin blanco. Como diseñador, me encantan las mujeres que llevan pantalones. Durante toda mi vida, he presentado en mis colecciones estos trajes de chaqueta en blanco y azul. Consideraba que el marino da más luz, favorece y estiliza más, aunque he de reconocer que ahora estoy empezando a emplear bastante el negro también. Eso sí, a una cierta edad, puede echarte unos años encima. Desde hace poco, eres padre. ¿Te ha cambiado eso en tu trabajo?
Me noto una persona distinta en general. La paternidad te transporta a otro mundo. Y yo, además, al haberlo deseado tanto, lo estoy viviendo muy intensamente. Estoy muy liado, pero en este puesto me permiten la conciliación, por lo que voy al parque con mi hijo Teo todas las tardes. Me ha hecho más real, lo mismo como persona que como creador.
¿Diseñas ropa para él?
No, aunque le compro mucha; se me va de las manos (risas). Me gusta conseguir piezas de calidad y le doy mucha importancia a los tejidos. Si hay una buena prenda en tu armario, no necesitas más. Y trato de que lleve marcas españolas; aprecio el made in Spain e intento apoyarlo siempre que puedo.
¿Te sientes afortunado en tu vida?
Sí, tengo mucha suerte, pero me he esforzado porque así fuera. Desde los 17 años, llevo un tatuaje en la muñeca que siempre digo que es de mi buena estrella. Me encanta ponerme música y mirar al firmamento... y, si veo caer un meteoro, me emociono. ■
«ME INSPIRO EN LAS MUJERES TRABAJADORAS Y CON MUCHO CAR ÁCTER, COMO EUGENIA» (NACHO AGUAYO)