UN FUTURO REAL
Ocupa el puesto 36º en la línea de sucesión al TRONO británico, busca potenciar el lado creativo de la escena ‘fashion’, idolatra a Vivienne Westwood y ha hecho de la curiosidad y la exigencia sus talismanes.
Amelia Windsor potencia su lado creativo más ‘fashionista’.
Recuerda a una de las modelos de las obras prerrafaelitas. O a un óleo de Tiziano. O a un personaje de un cuento de Lewis Carroll. Menuda, mentón ligeramente desdibujado, ojos vivarachos y tez sonrosada. Lady Amelia Sophia Theodora Mary Margaret Windsor (Cambridge, 1995) es magnética e indómita. No encaja en el patrón. No hay nada fingido en su naturalidad. Ella misma lo explica: «No me comporto aquí de manera distinta a como lo hago con mi familia; no tengo un personaje del que me vista y proteja». Es extrovertida, alegre, y da muestras de una madurez insólita para su edad. Sus maneras regias delatan su ascendencia. La tercera de tres hermanos –tras Edward, lord Downpatrick, de 29 años, y lady Marina Charlotte, de 25–, es la hija pequeña del conde de St Andrews, George Windsor, primogénito de los duques de Kent y apodado Gentle en la familia real británica, y de Sylvana Tomaselli, académica e historiadora en la Universidad de Cambridge. Ocupa el puesto 36º en la línea de sucesión al trono, ha heredado la belleza de su abuela paterna, Katharine Worsley, y se ha convertido en la reencarnación de su bisabuela, la princesa Marina de Grecia, hermana del rey Jorge VI de Reino Unido, padre de Isabel II, y musa en la década de los 50 del fotógrafo Cecil Beaton. Y, al igual que ella, Amelia tiene la cualidad de transformar en tendencia todos los estilismos que adopta. Aunque actualmente estudia el tercer curso de Francés e Italiano en la Universidad de Edimburgo, sus incursiones en el circuito de la moda parecen ser algo más que una anécdota. En febrero de 2017 protagonizó tanto el desfile de otoño de Dolce & Gabbana como su campaña de invierno, en abril participó en otra de la firma de calzado Penelope Chilvers –se rodó en Andalucía durante la romería de El Rocío–, acaba de fichar por Storm Models, la agencia que descubrió, entre otras, a las tops británicas Kate Moss y Cara Delevingne, y está desarrollando sus prácticas en la sede de Bulgari, en Roma, donde vive desde unos meses atrás. Cualquier expresión artística es buena para esta joven ávida de cultura, que adora a Zadie Smith, idolatra a Vivienne Westwood y participa en varias causas solidarias. Una princesa por sorpresa que ha hecho de la curiosidad y la exigencia sus talismanes, y de la autenticidad, su sello personal.
¿Qué significa para ti la moda?
Es arte, es expresión, es belleza.
Tu secreto para acertar siempre es...
No pensar. Romper con las reglas. No pretender ser alguien que no eres. El estilo es una extensión de la personalidad.
Según esa regla, ¿cómo te describirías?
Alocada. Inesperada. Veo mis fallos como algo positivo, ya que me mueven a estar muy por encima de ellos y a esforzarme para hacer las cosas mejor. Supongo que de ahí viene mi deseo de contribuir con algo verdaderamente bueno y de lo que me sienta orgullosa. Me encanta ese tipo de personas con olor a quiero, puedo y me lo merezco;
con gusto a no lo sé todo, escucho y aprendo; con mirada de sí y sonrisa de gracias.
¿Cómo te ves dentro de ese universo?
Me gustaría formar parte de la espiral de innovación y creatividad que genera una gran marca. Impulsar un brand consulting moderno. Transgredir las normas, colaborar con artistas, potenciar el lado digital de una casa, participar en acontecimientos que hagan vibrar el planeta.
Un ejemplo? Trabajar con Alexandre de Betak, el productor de desfiles. Siempre se ha situado a la vanguardia. Es un hombre especializado en pronosticar en qué consistirá el futuro. Federico Fellini se habría reconocido en una de sus fastuosas puestas en escena.
Es pionero en el uso de nuevas tecnologías en el terreno fashion y ha abierto la puerta a una libertad total de interpretación sobre qué debe ser una semana de la moda.
¿Cómo cultivas el camino para llegar a todo lo que quieres?
Este semestre estoy en Roma y durante el tiempo libre hago prácticas en Bulgari, en su departamento de Patrimonio. La firma lleva décadas captando la esencia de la Ciudad Eterna en sus colecciones. Hace poco visité su laboratorio de gemas, en el norte de la capital, y me quedé sin palabras. El equipo es como un consejo de sabios: resuelven si una pieza es posible. Y las pequeñas manos que la llevan adelante tardan cinco meses en dar vida a la joya. El misterio de las manos milagrosas.
El anterior semestre estuve en París y trabajé en el taller de Azzedine Alaïa. Un visionario que se desempeñaba en su
Me gustaría formar parte de la espiral de innovación que genera una gran marca. Transgredir las normas, colaborar con artistas, potenciar el lado digital, participar en acontecimientos que hagan vibrar el planeta
estudio plegando bustos, metiendo cintura y cortando curvas. De técnica iba sobrado; de sensibilidad, desbordado. Comía con nosotros en la cocina. Me pilló su muerte. Me quito el sombrero por cómo lo sobrellevó su equipo.
¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?
«Sé tú misma, cree en ti y ten paciencia, porque esto es una carrera de fondo». No es llegar, sino mantener la confianza durante décadas. Que sea tu trabajo lo que hable por ti.
¿Y la lección más importante que has aprendido en la vida?
No te creas nada de lo que la gente te dice.
¿Qué te da miedo?
El pensamiento único.
¿Sigues algún lema?
Reír y bailar son la única salida. Y, si tratas a la gente con respeto, obtienes a cambio lo mismo. No olvidemos que la amabilidad es gratuita.
¿Qué es lo que más valoras de tus amigos?
Que me hablen como si no existiera el paso del tiempo.
Con los años, ¿qué talento te gustaría desarrollar?
El don –no basta el talento– de una de las bellas artes. Pintura, música, literatura...
Pero esto último se podría decir que lo tienes: ¡eres una ratona de biblioteca!
Leer es bueno para la salud. Te hace feliz. Tiene un efecto transformador. Nutrir tu mente es igual de importante que alimentar tu cuerpo.
¿Tus últimas lecturas?
NW, de Zadie Smith; Trifulca a la vista, de Nancy Mitford... Y la, para mí, autora del año, Chimamanda Ngozi, con su Americanah. ¡Qué escritora! Existe una necesidad imperiosa de sumar nuevas formas de contar las cosas... Y ella es un ejemplo.
¿Alguna vez te has sentido deslumbrada por un famoso?
¡Por Vivienne Westwood! Es extraordinario cómo ha logrado que la ropa sea una manera de hacer llegar un mensaje. En su caso, siempre lo ha llevado al extremo.
Su espíritu rebelde y contestatario sigue intacto. Es fiel a sí misma y tiene una misión sagrada, que es el activismo ecológico. Se trata de una lucha fundamental en la que creo que debemos participar todos. Es nuestra responsabilidad.
Tú también eres defensora de alguna causa? Lo intento. Un tiempo trabajé con la organización benéfica Veterans Aid. Si puedo ayudar, ¿por qué no hacerlo? Esta clase de acciones son una de las armas más poderosas que tenemos, y debemos usarlas. Para mí, ser agradecida y devolver algo de lo que se
me ha dado resulta esencial.
¿Hay que luchar por lo que se quiere?
Hay que arriesgarse. Es imposible vivir sin fracasar en algo, a menos que seas tan prudente que no se pueda decir que hayas vivido –y, en ese caso, fracasas por omisión–. Hay que ser riguroso, generoso, entusiasta, atreverse a saber y a aprender, sin perder la curiosidad. El éxito no es una habilidad, es una actitud persistente. Defiendes explorar el mundo sola. ¿Eres una Phileas Fogg del siglo XXI? Viajar es una sensación indescriptible. Tan enriquecedora y sorprendente que apenas hay algo que lo supere. Afecta positivamente a tu manera de ser. Cuando viajas sola vives en la incertidumbre del aquí y el ahora. Te da un poder sobrenatural que te vuelve más valiente, libre y genuina. Es una experiencia que te confiere más conciencia y humildad, entre otras cualidades. Desaprendes lo aprendido y te desapegas de las nimiedades y de las necesidades insustanciales que uno se autoprovoca a diario.
«Hay que luchar por lo que se quiere, ser riguroso, generoso y valiente para atreverse a aprender, sin perder el entusiasmo. El éxito no es una habilidad, sino una actitud persistente»
¿Qué papel juegan las redes sociales en tu día a día?
Utilizo Instagram. Tiene su lado bueno y sus cosas malas. El aspecto negativo es que la gente se hace vaga y sustituye las vivencias personales por las vivencias virtuales. Aun así, la idea de poder comunicarse, interactuar, compartir y descubrir cosas, artistas, destinos... es magnífica. Nada como ayudar a conocer lo desconocido.