CUANDO NADIE NOS VE
Extrovertido, DESCARADO, simpático y sincero. El escritor nos recibe con motivo del lanzamiento de ‘Tiempo de tormentas’, su novela autobiográfica.
A solas con Sara Carbonero.
¿Cuál es tu idea de la felicidad? Nadar en mar abierto. ¿Tu mayor miedo? Esperar detrás del telón a que se suba. ¿Recurres a la mentira? Sí, desde el momento en que abro los ojos. Defínete en tres palabras.
Una persona encantadora. ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? La capacidad de observación. ¿Tienes alguna manía inconfesable? Son muy, muy inconfesables.
Pues un vicio saludable que sí puedas compartir.
Un baño de vapor después de una noche de excesos. ¿Qué no prestarías nunca? A mi marido. ¿Tu lugar preferido del mundo? El restaurante The Wolseley, en Londres.
De todas las obras literarias que has escrito, ¿dirías que Tiempo de tormentas ha sido la más difícil?
Sí; pensé que sólo tardaría cuatro meses en terminarla y, en realidad, han sido cuatro años. ¿Va antes el texto o el título? En Tiempo de tormentas primero vino el título; a lo mejor, por eso fue tan tormentoso escribir el texto. ¿Qué lees una y otra vez? La tía Julia y el escribidor, de Mario Vargas Llosa. ¿Cuál es el libro de tu vida? Son dos. El primero, Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh; el segundo, ¡Noticia bomba!, también de Waugh. ¿Papel o e-book? Papel. ¿Manejas una fórmula para estar siempre de buen humor –o, al menos, parecerlo–? Intento llorar todo lo que puedo cuando nadie me ve. ¿Las palabras que más utilizas en Instagram? Amado, mi amor, amore, amorcito, amor amado, amorcísimo... Y, cuando ya no puedo más, pongo love. Así nació la firma con la que remato mis publicaciones: Love, Boris. Algo que no harías por nada del mundo.
Convertir a una persona en un ciudadano de segunda clase. ¿Con qué deporte te quedas? Con el waterpolo. Creo que tiene de todo: hombres medio desnudos, con gorro de baño y distintos niveles de pectorales y depilación, nadando del revés para meter un balón en la portería contraria.
¿Cómo te ves de aquí en diez años?
Bien operado, espero.
¿A qué dedicarías un año sabático?
A aprender a hacer bien el amor.
Si tienes un mal día...
Me alejo del ordenador para no escribir barbaridades.
¿De qué te gustaría ser capaz?
De dar un discurso de agradecimiento insuperable. Lo mejor que han dicho de ti.
¿Con qué pregunta te gustaría acabar esta entrevista?
¿Cuál es tu verdadero secreto de belleza? Utilizo cremas hidratantes desde que tenía 16 años.
«Monstruo». Me lo gritan mucho por la calle. Y: «Eres el puto amo». Me encanta, es como mi parte heterosexual.