El poder de la ficción
Mi octava propuesta para #ELLEClubdelectura es una novela de verano para noviembre, porque esta es mi actitud de supervivencia al frío y a la tensión que nos rodea. He dejado de oír la radio en el coche porque me enfado de más y el periódico lo leo de reojo y con miedo. Así que pensé en una opción ligera y llena de humor para compensar tanto extremismo, tanto «o conmigo o contra mí», tanto «espera que yo te explico la verdad, que yo soy de los buenos». Eleanor Oliphant está perfectamente, de Gail Honeyman, es una oda a los raros y a la amistad. Eleanor es una mujer muy especial que sobrevive a su pasado gracias a cantidades ingentes de pizza congelada y vodka y un cuidadoso calendario que le evita las interacciones sociales con otras personas. Es directa y clara hasta llegar a ser abrupta y se encuentra terriblemente sola, tanto que ni siquiera lo sabe. «No necesito a nadie: no hay un gran vacío en mi vida, no falta ninguna pieza en mi puzle particular. Soy una entidad autosuficiente». En los primeros capítulos, cuesta quererla. Trabaja como contable en una agencia de diseño, y sus rarezas y manías la condenan al ostracismo, incluso al del lector. Pero su soledad, tan aplastante, y su poco conocimiento de las relaciones sociales te hacen empatizar con ella hasta que comprendes que no sabe que puede ser feliz ni cómo hacerlo. «Gracias a la observación cuidadosa desde los márgenes, había deducido que muchas veces el éxito social se basa en fingir un mínimo. En ocasiones la gente popular se ve obligada a reírse por cuestiones que no les parecen muy graciosas o a hacer cosas que no les gustan especialmente, con gente cuya compañía no disfrutan mucho». Raymond, el informático de su empresa, y Sammy, un anciano al que tiene que ayudar, le obligan a crear lazos, a construir, a salir de la burbuja anestésica en la que vive y, sólo a través de la amistad, empieza a dejar atrás su pasado. Algunas raras veces, las novelas hablan de un personaje tan definido, tan bien dibujado y tan especial, que pasa a formar parte de tu memoria de personas conocidas. De manera que, cuando te presenten a alguien en el futuro, puede que te recuerde a Eleanor y, gracias a esta novela, sabrás que debes ser su amiga. Para que luego digan que la ficción no sirve para nada.