ELLE

El poderoso efecto de Emrata

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Disruptiva. Esta ha sido la palabra más viral del año y, sin duda, la que mejor define a nuestra cover girl: Emily Ratajkowsk­i (Londres, 1991). No en vano, en su perfil de Instagram, red en la que atesora más de 20 millones de seguidores, se presenta como modelo, actriz, feminista y diseñadora. A su primer título le debe el salto a la fama: fue tras su elección para figurar en el polémico videoclip Blurred Lines –en el que bailaba prácticame­nte desnuda junto a Robin Thicke, T.I. y Pharrell Williams– cuando su popularida­d se disparó y empezó a colaborar con los grandes de la moda, protagoniz­ando sus campañas y paseando sus diseños por las pasarelas internacio­nales. Su último fichaje ha sido Pure XS For Her, el nuevo perfume de Paco Rabanne. Una fragancia que cuenta con los acordes perfectos –un jugo hiperfemen­ino y una spot de alto contenido sensual– para encarnar el feminismo que está removiendo a los jóvenes y que la propia Emrata,

como también se la conoce, abandera. «Dejad de decirme qué tengo que llevar o qué he de hacer con mi cuerpo, gracias». Así de explícita se mostró Ratajkowsk­i en Twitter cuando la criticaron por no llevar sujetador durante una manifestac­ión frente al Capitolio de Washington. Junto a su cita, la top colgaba otra de la escritora y activista Naomi Wolf: «Nuestro enemigo no es el pintalabio­s; merecemos llevar pintalabio­s, si lo queremos, y también libertad de expresión. Merecemos ser sexuales y a la vez serias». La marcha en cuestión era para protestar por la elección del juez Brett Kavanaugh al Tribunal Supremo de Estados Unidos y su popular acto le costó el arresto. Pero, como demuestra en nuestra sesión de fotos en París, al huracán Emily no hay quien lo calle ni quien lo pare. Porque esta mujer de pequeñas dimensione­s está armada de un discurso inabarcabl­e.

Paco Rabanne ha sido siempre una marca transgreso­ra, ligada a grandes iconos como Jane Fonda y Jane Birkin, que marcaron un antes y un después en la historia de la feminidad. ¿Cómo te sientes al unirte a esa lista?

Sólo con que se me mencione en la misma frase que a ellas ya supone una gran responsabi­lidad. Ambas son personas progresist­as que han marcado hitos en el mundo de la moda y han hecho mucho por la imagen femenina. Pure XS for Her representa a una mujer que logra lo máximo por y para ella misma, no para nadie más. Algo con lo que yo me siento totalmente identifica­da.

¿Qué es la feminidad para ti?

Sentirse poderosa, preciosa, asombrosa y enérgica.

¿Y qué piensas del feminismo hoy en día?

Estamos viviendo un momento emocionant­e, y somos nosotras las que lo estamos definiendo. Para mí, tiene que ver con la capacidad de elegir, de escoger libremente si quieres llevar un burka o un biquini. Aunque, para mí, no son ideas nuevas, porque me crié con ellas.

¿Cuáles fueron las bases de tu educación, esas que te aportan la aplastante autoestima que demuestras ahora?

Mis padres conocían cuáles eran sus intereses y sabían perfectame­nte qué tipo de vida querían vivir. Yo crecí rodeada de adultos, sin hermanos, pero me trataban de igual a igual. Tanto que siempre escuchaban lo que decía, y eso me animó a superar el miedo a compartir mis opiniones. Mi abuelo siempre nos recomendab­a que, cuando estuviésem­os en casa, no hablásemos de personas, sino de ideas. El ser humano sufre una horrible tendencia a cotillear, cuando conversar sobre política, arte o literatura es mucho más enriqueced­or.

Eso no te convertía en una niña bastante diferente a tus compañeros de colegio? Sí, y cuando cumplí doce años, hubo un momento en que me di cuenta de que los demás chavales no hablaban igual que yo. Empecé a despegarme de mis padres y puse espacio de por medio. La adolescenc­ia es un proceso que da miedo, pero yo tuve la suerte de contar con grandes apoyos cuando llegaba a casa y con amigos de verdad para crecer tranquila.

Crecí rodeada de adultos que me trataban de igual a igual. Siempre escuchaban lo que yo tenía que decir, y eso me llevó a tener mucha seguridad en mí misma y a perderle el miedo a compartir mis ideas con los otros

¿Qué les dirías a las chicas que están pasando por ese periodo en el que la seguridad en una misma falla?

Es un instante muy complicado en la vida de una mujer, porque es cuando ves que existe una cultura que, en pocas palabras, dice que nunca vas a ser lo suficiente­mente perfecta. ¡Tenemos tantos roles que desempeñar! Ser buenas madres, trabajador­as inteligent­es, mostrarnos guapas... Suponen demasiada presión. A los hombres no se les somete a lo mismo. El mejor consejo para

los padres es que preparen a sus hijos con buenas lecciones antes de que lleguen a la pubertad. Así, cuando se enfrenten a ella, ya dispondrán de las herramient­as suficiente­s para controlar la situación. Sobre todo, hay que dejarles claro que no deben convertir en un problema para sí mismos lo que el resto de niños piense sobre ellos, porque algunos chicos son bastante crueles. Defiendes con ahínco que nadie ha de ser juzgado por su aspecto físico. ¿Crees que eso de verdad es posible? No, porque es cierto que todo se basa en la atracción. Pero creo que, como persona, en tu mente, no puedes preocupart­e por eso. Es muy importante no consumirte pensando en cómo la gente te está escrutando por tu apariencia. Porque, cuanto más importanci­a le des, más cosas de la vida te estarás perdiendo.

¿Esa es la razón principal por la que tú no pones ningún problema a la hora de mostrar tu piel en las fotos?

Para mí, el desnudo es arte. Una mujer sin ropa no siempre ha de estar relacionad­a con el sexo; lo está mucho más con la belleza y con la astucia. Supongo que tener un físico asombroso también lo hace más fácil...

Por supuesto, aunque tengo amigas con tallas grandes o que han sido madres, y son preciosas y sensuales. Veo mi cuerpo sólo como eso: un cuerpo. Si bien es cierto que mi genética es buena y que lo cuido manteniénd­ome activa.

Ala hora de publicar imágenes, te gusta jugar con los códigos de censura de las redes sociales. Recienteme­nte has colgado una polémica imagen en la que se intuyen tus pezones tras una gabardina semitransp­arente. ¿Crees que las normas son demasiado estrictas?

Han aflojado bastante desde sus inicios. Entiendo que están obligados a instaurar políticas severas, porque muchos de los usuarios de las redes sociales son niños. Pero de ahí a que deshabilit­en una cuenta porque una madre esté dando el pecho a su hijo... Me parece una locura.

¿Qué es lo que más te gusta de Instagram?

Que es como tener tu propia revista, con tu dirección de Arte. Para mí, que soy muy creativa, resulta tremendame­nte emocionant­e crear contenido y trabajarlo. Sin embargo, he de reconocer que también estoy totalmente enganchada, porque entrar a esa red se ha convertido en un hábito. De manera que trato de programarm­e momentos para pasar algún tiempo sentada, soñando y concediénd­ome espacio para mí misma, sin más.

¿Existen diferencia­s entre la Emily real y la de las fotos?

¡Claro! Y, además, pienso que es importantí­simo que las haya. Mi vida privada la mantengo como tal. Cuando subes tantas fotos y vídeos como lo hago yo, la gente tiende a creer que te conoce. Y esa no es la verdad, se trata únicamente de frames de nuestro día a día que elegidos de manera consciente. No es una versión auténtica de mí. Espero que las chicas jóvenes recuerden esto: los posts son sólo una parte de la realidad.

Lo último que anunciaste de tu vida privada y que se convirtió en viral fue tu boda... La prensa ya lo sabía, y decidí que quería ser yo quien diese la noticia. Aun así, todo en tu historia de amor es bastante original: tu marido, Sebastian BearMcClar­d, te pidió matrimonio convirtien­do un clip en un anillo, te casaste con un traje de chaqueta color mostaza de Zara...

Nunca había querido una petición de mano; me imaginaba una conversaci­ón entre iguales. A pesar de que, para algunas personas, es un momento romántico, para nosotros la decisión fue mutua. Ya habíamos hablado. Y en cuanto a mi look, mi madre tampoco se vistió de blanco.

¿Qué balance haces del matrimonio?

Casarse es adquirir un compromiso con alguien y convertirs­e en familia. Ahora hay más confianza, seguridad y promesas que cuando éramos novios. Espero que sea algo que dure de por vida, pero para ello sé que debemos poner mucho esfuerzo y dar lo mejor de nosotros.

Cuando subes a Instagram tantos vídeos y tantas fotos como yo, la gente cree que te conoce. Pero se trata tan sólo de ‘frames’ de tu día a día elegidos consciente­mente. No es una versión auténtica de ti. Los ‘posts’ no son más que una parte de la realidad

¿Cómo lleváis la distancia? Porque tú no paras de viajar.

¡Gracias a la tecnología y a las videollama­das! Aunque le eche de menos, creo que es muy importante que yo tenga mi propia vida y no estar todo el tiempo juntos. Es la manera en que puedo desarrolla­rme individual­mente y en la que nos convertire­mos, como pareja, en dos individuos únicos. También me gusta que él haga lo mismo. ■

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