TRABAJA TU POSTURA Soluciones, entrenamientos y trucos para una espalda recta.
Cuando te abrochas la ropa interior, tu espalda se coloca en una posición más sana, que te hace más esbelta. Evita que vuelva a encorvarse con soluciones de experto y ‘high tech’.
Mírate de frente al espejo y visualiza una línea recta que recorra tu cuerpo: la columna está erguida, al echar los hombros hacia atrás los omóplatos se acercan entre sí, el abdomen está activado y el peso del tronco recae en ambas piernas por igual. Los brazos descansan junto a los flancos, y no en los bolsillos. Cuando adoptas esta posición, aumenta tu atractivo e inspiras motivación y autoestima. Lo confirman diversos estudios de las universidades estadounidenses de California y Northwestern. Y, además, ganas hasta 2,5 cm de altura. «En una postura correcta, el centro de gravedad se encuentra en su lugar idóneo, y se aporta una mayor estabilidad y seguridad a los movimientos», como explica el fisioterapeuta Pablo Camino (Huelva, tel. 625 07 95 68).
A menos que seas funambulista, yogui, bailarina o de otro planeta, es una ardua tarea controlar cada torsión que exigen los quehaceres diarios. El simple hecho de girar la cabeza 60 grados para pedir un taxi por la calle ya incrementa el peso de ésta desde los cinco kilos hasta los 27, por la acción de la fuerza g. Pero, además, todos los días te agachas, cargas con pesos, atiendes mil llamadas y whatsapps, llevas tacones... y la silla de la oficina y tú os habéis convertido en inseparables, a pesar de que te mantiene en una pose forzada. En Estados Unidos, marcas como Fully están empezando a ponerle solución a este último problema, creando mesas de trabajo altas,
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que permiten pasar la jornada de pie. «Dependiendo de tu postura, los músculos de la espalda insertados en las diferentes vértebras tiran de unas o de otras, con el riesgo de padecer desde escoliosis hasta lumbalgias, pasando por hernias discales o problemas en las cervicales», advierte la directora de la Unidad del Dolor del Hospital San Francisco de Asís (Madrid, tel. 915 617 100), la doctora María Isabel Heraso. Según la especialista, en la alineación corporal influye también el estado de ánimo. No es igual la posición de un extrovertido (piernas y brazos abiertos, pelvis adelantada...) que la de un introvertido, con la espalda curvada y las rodillas semiflexionadas. Nuestros pensamientos la corrigen de manera involuntaria, y podemos acabar lesionándonos si no lo controlamos. Es más, una investigación de la Universidad de San Francisco, realizado entre sus propios estudiantes, relaciona la incorrecta colocación del cuerpo con comportamientos depresivos y con bajos niveles de energía. Reducir el estrés y hacer meditación y ejercicio ayuda a mejorar todo ello. Eso sí, la primera condición sine qua non para mantenerte estilizada y sana es no ceder a la vagancia. La experta en biomecánica Katy Bowman, autora del libro Mueve tu ADN (Sirio), asegura que la búsqueda de la comodidad –como cuando apoyamos la cadera en la encimera, o bien los brazos sobre los muslos al sentarnos– puede conducir a la extrema incomodidad de tener que tratar un problema en el futuro. Por no hablar de que se queman muchas menos calorías, como consecuencia de la infrautilización de esos músculos.
P OR MEDIO DE LOS EJERCICIOS QUE TRABAJAN EL CORE, SE ABSORBE HASTA UN 55% DE LA PRESIÓN SOBRE LAS LUMBARES
Sin embargo, es posible corregir estos vicios con paciencia y determinación. El cerebro necesita alrededor de 400.000 repeticiones antes de que un nuevo movimiento quede fijado. Las camisetas posturales de ActivePosture o de AlignMed (ambas marcas han sido aprobadas por la FDA, la agencia del medicamento de Estados Unidos) proporcionan una ayuda extra a la hora de rectificar e imprimir una memoria muscular. Estas prendas cuentan con unas tiras que ejercen una leve presión sobre las terminaciones nerviosas de la columna, los hombros y los omóplatos. Así, «activan una serie de músculos que suelen estar débiles, mientras que relajan otros que se encuentran permanentemente en acción», según explica Pablo Camino. Se utilizan durante entre una y dos horas al día, y la mejoría se empieza a notar a partir de los dos o tres meses.
En el gimnasio, por otra parte, los programas de reeducación postural enseñan a tomar conciencia de la musculatura y a adaptarse a las cargas diarias, trabajan el desequilibrio y fortalecen la espalda. Para la entrenadora personal Marta Rosado (personalbymartarosado.com),
«el yoga, el pilates o el entrenamiento en suspensión son otras disciplinas que funcionan». Y añade que es muy importante «trabajar el core (también conocido como el corsé natural), porque es nuestro centro de gravedad: enlaza los trenes superior e inferior y es clave en nuestra coordinación y estabilidad». Pero no es lo único que puedes hacer: tu cuerpo también te agradecerá que cada día realices una tabla de estiramientos de 10 minutos.