A solas con Sara Carbonero.
ENERGÍA Lleva 25 años desplegando su y su talento en la televisión. Ahora la presentadora conquista al público con su sentido del humor en ‘El hormiguero’.
¿Qué es lo mejor que te ha dado tu profesión?
Los medios me han permitido desarrollar facetas que desconocía: me han ayudado a crecer en todos los sentidos.
¿Cuál ha sido tu mejor experiencia en la tele?
Todas. Y no es un tópico. He aprendido de la buenas, las malas y las regulares. Pero, venga, me quedo con Nada personal, Fem tele, Nospierde la fama, Reforma sorpresa, Laisla de losfamosos, Waku Waku y Quién quiere ser millonario.
¿Algún nuevo proyecto?
Siempre los hay, es lo que tienen las cabezas que no paran, como la mía. ¡Cuando pueda, os cuento!
De no haberte dedicado a la comunicación, habrías sido...
Estudié Arquitectura Técnica, así que me imagino que estaría en una obra. Pero podría haber acabado haciendo cualquiera de las cosas que me ilusionan, que son muchas.
¿Qué es lo mejor de trabajar en El hormiguero?
Sin duda, aprender. Estar cerca de un equipo brutal y que funciona igual que un centro de creatividad constante.
Un lema.
Nunca pasa nada.
¿Tu idea de la felicidad?
Que los de mi alrededor estén bien, poder viajar a Nueva York y disfrutar de una sobremesa con un vinazo.
¿Y tus mayores logros?
Mi familia. Haber conseguido disfrutar con lo que hago. Saber qué es lo que quiero y lo que no.
Por encima de todo, detestas...
La prepotencia y la inteligencia mal enfocada.
¿A qué le tienes miedo?
Al sufrimiento de la gente que quiero. Me aterra el dolor.
¿Cuáles son las palabras que más utilizas?
Te quiero.
Confiésame una manía.
Empiezo a calzarme por el pie izquierdo. ¡Y en las tiendas siempre te ofrecen primero el zapato derecho!
Un placer prohibido.
Francamente, no me prohíbo nada. Un buen vino y un buen queso me hacen muy, muy feliz.
Libros: ¿en papel o electrónicos?
En papel, en papel.
¿Cómo te ves de aquí en diez años?
Con la cabeza llena de ideas pero más serena... ¡y estudiando Bellas Artes! Es mi asignatura pendiente.
¿Qué no harías por nada del mundo?
Algo en lo que no crea y que tampoco me ilusione.
¿El mejor recuerdo de infancia?
Comerme un bocadillo de chocolate después de salir de la piscina, dormir una siesta al calorcito de la chimenea en invierno y el arroz al horno de mi iaia.
Resume tu momento favorito del día.
Mi cafetito del desayuno, temprano, delante del ordenador, cuando aún duermen todos.
¿Tu posesión más preciada?
Mi casa.
¿Con qué superpoder te quedarías?
Con el de parar el tiempo.
Las características que te definen con mayor precisión son... El optimismo y el pronto, para lo bueno y lo malo.
¿Tienes la fórmula para superar un mal día?
Una siesta profunda, despertarse... ¡y cambiar las cosas!