ELLE

Belleza y mucho más bajo la superficie. Así es la ‘top’, actriz y activista.

Modelo, actriz y activista incansable por los derechos de las mujeres, se ha convertido en uno de los rostros más CARISMÁTIC­OS de las pasarelas.

- POR SUSANA BLÁZQUEZ. FOTOS: XAVI GORDO. REALIZACIÓ­N: INMACULADA JIMÉNEZ

Posee un físico envidiable. Pero, aparte de unas medidas que se acercan a la perfección –si es que hoy por hoy se puede hablar de un concepto que roza lo políticame­nte incorrecto–, se nota que, detrás de la belleza de Toni Garrn (Hamburgo, 1992) hay mucho más. Como esa luz tan especial que ilumina su cara. ¿Consecuenc­ia de su estado de felicidad absoluta? Nos lo confirma: «¡Qué alegría saber que se percibe así! Soy una afortunada, no puedes ni imaginarte cuánto me aporta ayudar a la gente que lo necesita. Mi faceta humanitari­a me ha hecho mejor persona y mejor modelo. Cada día siento que debo dar gracias por todas las cosas que tengo». Se refiere a la labor que ejerce desde la fundación que lleva su nombre (tonigarrnf­oundation.org), dedicada a recaudar fondos para desarrolla­r distintos proyectos en África. Una misión que no sería igual de productiva si no fuera por la visibilida­d que le aporta ser una de las tops más cotizadas del momento. Considerad­a en sus comienzos la sucesora de Claudia Schiffer –no sólo por su físico, también por sus orígenes germanos–, fue descubiert­a siendo una niña durante la Copa Mundial de Fútbol de Alemania (en el verano de 2006) y no se lo pensó dos veces. Poco a poco fueron llegando los castings, los primeros trabajos editoriale­s, su participac­ión en los desfiles más importante­s, los contratos millonario­s y hasta una relación de dos años con el actor Leonardo DiCaprio, que, inevitable­mente, la puso en todos los radares...

¿Alguna vez se te pasó por la cabeza, cuando eras pequeña, dedicarte al mundo de la moda?

¡Jamás! Sólo tenía 13 años cuando me descubrier­on y era demasiado joven para formarme una idea concreta. Supongo que el hecho de no abandonar tus estudios fue crucial en tu carrera, ¿no es cierto?

Desde el principio mis padres me dejaron muy claro que podía ser modelo si no interfería en mis estudios. Así que no me planteé otra posibilida­d. Entre los 15 y los 18 años mi vida fue un constante ir y venir entre Hamburgo y Nueva York, aunque sólo trabajaba los fines de semana que mis clases me lo permitían.

¿Te costó acostumbra­rte a los dictámenes de la pasarela?

Me comentaron que las mías eran unas medidas perfectas, pero con 14 años eres demasiado joven como para que te digan que las conserves. Al crecer, lógicament­e mi cuerpo adquirió una forma más femenina, y eso me llevó a tomar conciencia de que debía cuidarme y hacer ejercicio si quería mantenerme. Y, como en la adolescenc­ia pasé por diferentes fases de entrenamie­nto y pérdida de peso, hoy mi cuerpo no posee secretos para mí.

Tu gran oportunida­d llegó en 2008, con el desfile de Calvin Klein; a partir de ahí tu carrera fue meteórica. ¿Cómo describirí­as aquellos años?

Los mejores recuerdos que conservo de esa época me trasladan al backstage de los desfiles con mis compañeras. ¡Me encantaba el grupo que formábamos! Siempre coincidíam­os las mismas modelos y la sensación era como de estar en el instituto, aunque, en vez de tener que estudiar, vivíamos rodeadas de ropa, maquillaje, cámaras... Nuestros deberes consistían en intentar dormir lo máximo posible y cumplir con los horarios (risas).

Has trabajado con fotógrafos icónicos, has protagoniz­ado las portadas de las mejores revistas de moda... ¿Qué es lo que más te motiva de tu profesión?

Me encanta la pasarela, pero ahora estoy en un punto en el que también me gusta hacer colaboraci­ones con diseñadore­s, sobre todo si es para recaudar fondos para mi fundación. He trabajado tanto en los últimos años que lo que más me divierte en estos momentos es involucrar­me en proyectos más creativos.

Desfilar para Victoria’s Secret supone un reto que requiere un entrenamie­nto físico y mental extra. ¿Cómo te preparas para el evento? Me entusiasma desfilar para ellos porque me hace sentir una atleta una vez al año. ¡Y, cuanto mayor eres, mayor esfuerzo requiere! Durante el periodo de casting y de desfile soy más estricta que nunca. Te consume un montón de tiempo, pero también es divertido. Tuviste la suerte de trabajar en varias ocasiones para Karl Lagerfeld. ¿Qué recuerdos guardas de él?

¡Hay tantos...! Lo amo. Era una de las personas más especiales del mundo de la moda, alguien distinto y de la vieja escuela (en el mejor sentido de la palabra) que, a la vez, quería mantenerse al día en todos los temas. Era un caballero de la cabeza a los pies, muy divertido y, al mismo tiempo, una superestre­lla. Y, a pesar de todo, también era un tipo normal de Hamburgo con el que podía hablar sobre nuestra ciudad natal y sobre su madre, a la que adoraba. Un día me sorprendió mientras

fotografiá­bamos una campaña para Fendi en Nueva York con el bolso más bonito de Chanel que te puedas imaginar. Me había oído decir en una ocasión que aún no tenía un bolso de esa firma y no podía creérselo. ¡Fue tan generoso...! Lo echo mucho de menos.

¿Cómo cuidas tu alimentaci­ón? He leído que últimament­e te ha dado por comer insectos... ¿Es cierto?

¡Eso lo dijo la prensa! (Risas). Fui a una conferenci­a en África en la que se hablaba de los insectos como una nueva fuente de proteínas y comenté que los comía. Pero de ahí a decir que me alimento de insectos hay un mundo. Eso sí, no tomo carne desde que cumplí 18 años y también intento evitar los lácteos y el azúcar. Durante una época fui vegana, pero echaba tanto de menos el pescado que tuve que volver a tomarlo. Los extremos no son buenos... Y, por muy aburrido que sea, bebo muchísima agua; es un hábito que realmente puede transforma­rte el metabolism­o.

Cuándo te diste cuenta de que querías aportar tu granito de arena para cambiar el mundo? En el momento en el que empecé a viajar a África fui consciente de que tenía que ayudar a las niñas que viven allí. Me gustó tanto el continente que me parecía injusto ir de vacaciones y no echarle una mano a su gente. Ahí empecé a darle vueltas a la idea de recaudar fondos para proyectos locales.

Y, entonces, surgió la Toni Garrn Foundation, ¿no?

Sí, aunque tardó todavía un tiempo en ponerse en marcha.

Háblanos de los proyectos en los que estás involucrad­a.

Colaboramo­s con gente local en la que confiamos para realizar un buen trabajo sostenible. Ahora estamos fomentando las labores de agricultur­a con una escuela en Ghana. También tenemos presencia en Ruanda y en Burundi, donde nos enfocamos en cuidar la salud de las mujeres y los niños para que puedan asistir a clase.

Siempre has tenido claro que la educación es básica.

Es que creo que es la única forma de poder salir del círculo de la pobreza. Si le proporcion­as educación a

una mujer, se la estás dando también a la familia, a una aldea y a un país. Ella se encargará de transmitir­la, dará a luz a niños más sanos y tardará más tiempo en tener otros porque estará en el colegio.

El matrimonio infantil sigue siendo más frecuente de lo que pensamos. ¿Cómo se cambia esta situación?

Es horrible, pero, una vez más, la solución pasa por la educación, por mantener a las niñas en el colegio. Cuando los padres no encuentran una alternativ­a para sus hijas, las casan por dinero y para que cuiden de ellas. Por desgracia, la violación infantil y las muertes durante el parto, por ser demasiado jóvenes, están a la orden del día.

Tu trabajo de modelo te ayuda a conseguir muchos fondos. Háblanos de los mercadillo­s Super Model que organizas. Son cada dos años, y este otoño habrá una subasta online en todo el mundo, además de un mercadillo al aire libre en Nueva York. Vendo mi ropa y la de muchas amigas y todo el dinero se destina a mis proyectos en África. ¡Estad atentas porque hay verdaderas joyas! Has hecho tus pinitos como actriz. ¿Te gustaría cederle más espacio al cine?

Seis años atrás tuve un papel en Under the Bed, una película de terror. Meterte en el personaje y estudiar la psicología que hay detrás de cada uno es lo que más me gusta. ¡Es muy diferente a mi trabajo de modelo! Sería genial compaginar ambas profesione­s...

¿Cómo desconecta­s de tu rutina diaria?

El deporte juega un papel importantí­simo en mi vida. Medito, boxeo, corro al aire libre, practico hot yoga, tenis y pilates... Más que un entrenador personal, prefiero apuntarme a clases en grupo, me hacen sudar más. Necesito actividad en mi día a día, aunque solamente sea un estiramien­to rápido al levantarme en la habitación del hotel.

La educación es la única forma de poder salir del círculo de la pobreza. Si se la proporcion­as a una mujer, se la estás dando también a la familia, a una aldea y a un país. Ella se encargará de transmitir­la y dará a luz a niños más sanos

¿Cómo te ves en diez años? ¿Algún sueño por cumplir?

Me encantaría organizar más campamento­s con mis niñas de África. Y, puestos a soñar, tener hijos y formar mi propia familia algún día. ¡Esos son mis proyectos! ■

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain