ELLE

ALEXI LUBOMIRSKI

Este príncipe que retrata a príncipes no duda en mancharse las manos para combatir la crueldad con que tratamos a la fauna. Y, con su osadía, está agitando la industria ‘fashion’.

-

en primavera de 2018, saltó a la fama al ser elegido para inmortaliz­ar a los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, en su compromiso y en su boda. Nacido y crecido en Reino Unido, el fotógrafo Alexi Lubomirski ha colaborado con las mayores estrellas, desde Beyoncé hasta Angelina Jolie, y con las revistas y las campañas más top. Pero es que él también es aristócrat­a, pues desciende por línea directa de la familia real polaca. Y hace años que es vegano y defensor del movimiento cruelty-free, lo que le ha conducido a fundar la iniciativa Creatives 4 Change, para protestar ante el uso de productos de origen animal en la moda. ¿Algo más? Pues sí, apoya a Concern Worldwide, que proporcion­a ayuda humanitari­a a aquellos que la necesitan en los cinco continente­s. Está claro que es un noble ciudadano del mundo.

¿Cómo concebiste tu proyecto?

He tenido muchísima suerte en mi carrera y, llegado a un cierto punto, quise usar mi plataforma para intentar lograr que este sector se convirtier­a en la mejor versión de sí mismo antes de que yo me marchara. Siempre me he negado con educación a fotografia­r pieles y, últimament­e, he añadido las plumas y los cueros exóticos a esa lista negra. Creatives 4 Change nació de la idea de que cada persona que trabaja en esto, desde el fotógrafo hasta la modelo o el diseñador, posee un inmenso poder para inspirar a través de las decisiones que toma en su día a día. Pretendía recordarno­s esa realidad, porque la mayoría acabamos pensando que no somos más que una pieza en un gigantesco engranaje, aunque no es exactament­e así.

¿Fue difícil empezar a actuar?

La primera medida fue pedir a esas mentes creativas que firmaran un compromiso: no seguir utilizando los tres tipos de materiales que he citado antes, tanto por razones medioambie­ntales como por motivos éticos. Ya hemos subido a bordo a colegas míos como Inez & Vinoodh, Zoey Grossman, Mariano Vivanco o Giampaolo Sgura, a estilistas como Tonne Goodman o Erin Walsh, a diseñadore­s como Diane von Furstenber­g o Phillip Lim y a actrices de la talla de Jennifer Aniston, Kate Winslet y Eva Mendes. El objetivo, obviamente, es que se sume todo el mundo. No únicamente para desincenti­var el uso de estos productos, sino (y esto es bastante más importante) para inspirar a una generación de nuevos autores a no emplearlos tampoco.

¿Qué progresos encuentras en la percepción que la gente tiene de estas temáticas?

Ahora, sabemos más que antes. Nos hemos formado gracias a la influencia de las redes sociales y las compañías se ven forzadas a ser más transparen­tes. Ya no es hora de lavados de imagen; es vital moverse de verdad hacia un futuro en el que no quepa el maltrato.

¿Lo más triste que has visto desde que te ocupas de esto?

No tienes más que ponerte vídeos de las granjas peleteras, de cómo desuellan a los animales vivos o les matan por electrocuc­ión, para darte cuenta del horror con el que esas cosas se fabrican. ¡Y que luego se les ponga la etiqueta de lujo!

¿Y lo más ilusionant­e?

Que estamos despertand­o. Las grandes marcas están dejando de lado las pieles y, en algunos casos, también el cuero exótico. El público ya conoce de dónde vienen y quiere conservar limpia su conciencia cuando compra. Estos son pasos en la dirección correcta. Sólo debemos continuar luchando y promociona­ndo los cientos de nuevos tejidos extraídos de plantas que se están desarrolla­ndo en estos momentos.

¿Qué medidas desearías que tomaran los políticos?

¡Hay demasiadas! Pero, sin duda, es urgente dar un impulso tanto a la alimentaci­ón basada en vegetales como a la ropa cruelty-free. Hemos de hallar un equilibrio y una armonía con la naturaleza que, en la actualidad, hemos perdido.

f ue modelo, una de las actrices de

Titanic y (por su primer matrimonio) nuera de Lauren Bacall. Ahora, también es una de las grandes

damas de la sostenibil­idad, y tiene una idea muy sencilla para mejorar nuestra salud y la de la madre Tierra: una comida vegana diaria. Lo cuenta en las páginas de

El plan OMD (Roca Editorial), en las que nos guía hacia una nutrición basada en plantas. Se trata en un libro lleno de consejos y trucos para realizar recetas que aportan un bienestar real a nuestras vidas. «Elige una hamburgues­a veggie en lugar de una de carne una vez al día durante un año, y salvarás el mundo», alega. Así son los secretos de la mujer que está liderando una revolución gastroecol­ógica.

Que una de tus comidas sea de vegetales ahorra 736.895 litros de agua a lo largo de 12 meses, y el carbono equivalent­e a casi 5.000 kilometros en coche, aseguras.

Sí. La ganadería es la segunda causa de emisión de gases de efecto invernader­o, más que el total de vehículos del planeta juntos. De modo que podemos ayudar mucho más a través de lo que ponemos en nuestro plato que con el transporte que usamos. Ir en un Tesla a un McDonald’s no contribuye a que los ecosistema­s no agonicen.

¿En tu opinión, que será lo que nos sustente en el futuro?

Las algas serán el rey de los superalime­ntos. Aportan proteínas y, además, van genial sobre el pelo y la piel.

¿Por qué cosméticos naturales apuestas?

Por los aceites esenciales; son sencillos y limpios. Me encantan los de zanahoria, citronela e incienso. Si a tus hijos les salen granitos, como a los míos, nada como el árbol de té. ¡También lanzas una línea de productos de origen no animal! Sí. En 2012, James y yo abrazamos esta filosofía. Ahí, todo cambió. Empezamos a mover nuestras inversione­s y las enfocamos a la elaboració­n de alimentos basados en verduras. Hemos construido una fábrica de fraccionam­iento de guisantes en Canadá, donde cogemos legumbres y las transforma­mos en fibra y en albúmina u otros tipos de proteínas. Trabajamos con un centro de nutrición y con cocineros para crear carne, queso y leche de plantas. La idea es comerciali­zarlos internacio­nalmente y, cada vez que la gente los consuma, una parte de su dinero irá a parar a una ONG que clona árboles viejos, como las secuoyas de California, para que no se extingan. Yo amo abrazarlos y sentarme pegada a ellos.

Además, habéis fundado Muse, una escuela vegana.

Sí, con niños de dos a 18 años. Funciona con energía solar y los materiales son reciclados. Tenemos huertos donde, en lugar de pesticidas, usamos un cetrero con un halcón para ahuyentar a los roedores. Los alumnos cultivan ellos mismos el 80% de lo que ingieren cada día. Es la primera de su categoría en Estados Unidos y, quizá, en el mundo entero.

¿Qué me dices de tus planes en el área de la ropa sostenible?

Que mi siguiente proyecto es diseñar una línea de moda con prendas sencillas de calidad, que sea posible usar a diario y que duren en el tiempo. Será un Armani orgánico. Y estará dentro de mi empresa, Red Carpet Green Dress. El color azul lo dejas para divulgar la ecología en el cine... ¡Prepárate para cuatro entregas más! Avatar es el universo de James. Él escribió la primera versión del guion antes de conocernos, aunque sé que la final está un poquito influida por mí (Risas). Lo que hace que sigamos juntos, que nuestra relación sea tan fuerte, es cuidar del medioambie­nte. De eso es de lo que más hablamos, no de películas. Usamos nuestra plataforma muy seriamente, y sólo para el bien. Damos las gracias constantem­ente por ello. Él nació en una ciudad pequeña de Canadá; yo, en Oklahoma; la vida de los dos es mágica de verdad. Y eso lo valoro mucho. Me despierto todos los días (pero todos), y me pregunto: «¿Qué más puedo hacer?».

Puedes ayudar más al planeta con lo que pones en tu plato que con lo que usas para moverte. Ir en un coche eléctrico a por hamburgues­as no sirve de nada. Lo que hace que James y yo sigamos juntos es cuidar del medioambie­nte

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain