ODA AL VERDE
Comer bien es cuestión de ojo... para los colores.
Vegano, flexitariano, crudivegano, frugívoro (el que se alimenta sin dañar a la planta)... Muchas son las corrientes que se amparan bajo el paraguas del vegetarianismo y, aunque todas tienen sus especificaciones, la base de la mayoría de ellas es el consumo de frutas, verduras, semillas, legumbres, hortalizas, pastas y arroces, así como la eliminación por completo de todo sustento de origen animal.
Este tipo de dietas, que muchos han implantado en su día a día como un riguroso plan de vida, se ha convertido en uno de los trending topics en materia de alimentación. Basta darse una vuelta por Netflix para ver todos los documentales que avalan, con datos científicos y casos prácticos, la cantidad de beneficios que aporta abusar del verde en el plato. ¿Otro punto a favor de la moda green? Que estos nuevos modelos de alimentación además están asociados, como apunta la nutricionista Marta Vallejo, de Clínica Opción Mé di ca(cli ni casopc ion medica. com), con la sostenibilidad del planeta y el maltrato animal. Lo cierto es que esta tendencia, sea por opciones éticas o de salud, también ha pasado a los gabinetes de los especialistas en nutrición y no son pocos los que, para bajar de peso, toman prestadas sus pautas.
En nuestro país las verduras y hortalizas han pasado a ser una guarnición, cuando deberían suponer la base de todas las comidas que hagamos. Los expertos recomiendan encontrar un equilibrio en la dieta con el 70-80 por ciento de vegetales y el resto de proteína animal
una fermentación de origen vegetal. Por eso, en determinados casos, donde se requiere una limpieza orgánica a nivel digestivo, eliminar el consumo de carnes puede ser una medida inteligente y saludable». Esta depuración suele ir acompañada de una notable bajada de peso y es por ello por lo que muchas personas que necesitan deshacerse de los michelines optan por recurrir a este método. La Dra. Paula Rosso, del Centro Médico Lajo Plaza (centromedicolajoplaza.com) también coincide en que existe una corriente creciente de vegetarianos, veganos, crudiveganos... y explica que «su dieta, por lo general, tiene un contenido calórico menor, por lo que si se es riguroso y se consigue que el consumo de hidratos complejos (cereales) no aumente la carga calórica, se pierde peso». Aunque también advierte que «dejar de lado ciertos grupos de alimentos puede acarrear carencias que se traducen en anemia o pérdida de colágeno. Por lo que recomienda un porcentaje en sus dietas de adelgazamiento: «70-80% de vegetales y el resto de derivado animal».
¿UNA MODA PASAJERA?
La influencia vegano-vegetariana se nota cada vez más en todos los ámbitos sociales, y el doctor Leo Cerrud (doctorleocerrud.com) cree que, aunque todavía le queda mucho para normalizarse, definitivamente ha llegado para quedarse. Desde ProVeg España, organización por la conciencia alimentaria, aseguran que en nuestro país comemos el doble de la cantidad de carne recomendada por la Organización Mundial de la Salud y que las verduras, legumbres y hortalizas han pasado a ser una guarnición. Cuando debería ser al revés. ¿El mejor consejo que da María Romeralo, desde Sha Wellness Clinic (shawellnessclinic)? Tomar alimentos vivos que vengan del campo y no de las fábricas.