STOP GLICACIÓN
Ponle freno.
Con la edad nos quedamos sin armas naturales antiglicación. La cosmética y los complementos orales son la salida
Ni los rayos UV, ni el estrés, ni el tabaco, ni el alcohol, ni la falta de horas de sueño... El verdadero ladrón de tu juventud cutánea es el azúcar, como asegura la doctora y experta en antienvejecimiento Susanne Von Schmiedeberg (drschmiedeberg.com). Y es que esta está oculta hasta en la sopa. «Ya no es únicamente el azúcar de mesa, también es el pan, el arroz, la pasta, la bollería industrial, los refrescos, el kétchup, las bebidas alcohólicas, las salsas... El 80% de los alimentos que adquirimos en el supermercado tienen azúcar añadida», denuncia la especialista.
ASÍ FUNCIONA LA GLICACIÓN
En efecto, por nuestro cuerpo circula demasiada azúcar, pero también por nuestra piel, y esto provoca un fenómeno llamado glicación, que nos deja sin reservas de antioxidantes y proteínas para luchar contra el envejecimiento. ¿La explicación? «Cuando comemos hidratos de carbono en exceso, estos llegan al estómago y al intestino y ahí se desintegran en moléculas simples de glucosa que viajan por el torrente sanguíneo del organismo y también por los vasos de la piel. Pues bien, cuando las moléculas de azúcar –glucosa– se adhieren al colágeno tipo I y la elastina, tiene lugar la formación de AGEs (productos finales de la glicación), que disminuyen la elasticidad y flexibilidad cutáneas y provocan el envejecimiento prematuro». Aunque no acaban aquí las consecuencias, ya que hay estudios que relacionan la glicación con el desarrollo de algunas enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
ASÍ SE COMBATE
La cuestión es que mientras somos jóvenes nuestro organismo genera suficientes sustancias naturales para luchar contra ella, el problema viene en la edad adulta. «Cuando llegamos a los 30 años, ya sólo nos queda un 70% de armas antiglicación en el almacén», revela la experta antiedad. De todas las sustancias que pueden protegernos contra este fenómeno, hay una que destaca sobre todas: la L-Carnosina. «Un estudio desarrollado por científicos alemanes (Skin Pharmacol Physiol 2018) ha revelado que esta desciende hasta un 130% la glicación». Se trata de un dipéptico que consta de dos aminoácidos, alanina e histidina, y lo produce nuestro cuerpo naturalmente. «Es una sustancia evolutiva, que ha permanecido en el organismo a lo largo de todos estos años, y se ha mantenido porque es útil para él. La naturaleza es sabia. La tenemos en los músculos, el corazón y el cerebro», asegura Von Schmiedeberg. La mala noticia, como hemos dicho, es que cuando somos adultos los niveles descienden dramáticamente. Pero lo bueno es que la podemos adquirir en bote y aportársela a nuestra piel. De hecho, esta dermatóloga ha creado la línea cosmética y de suplementación oral Dermacosmetics, a base de L-Carnosina, para combatirla. Ya es un éxito en Alemania y ahora se puede adquirir de forma exclusiva en perfumerías Douglas (douglas. es/b/dermacosmetics).