ELLE

ISABEL DÍAZ AYUSO

La presidenta de la Comunidad de Madrid afronta el reto climático.

- POR BENEDETTA POLETTI Y VIRGINIA LOMBRAÑA. FOTO: PABLO SARABIA. REALIZACIÓ­N: MARTHA REVELO

Llegó al primer plano de la política hace nueve meses sin hacer ruido, pero desde entonces ha ido despojándo­se del sigilo para manifestar alto y claro todo lo que piensa, tanto que sus afirmacion­es han sido innumerabl­es veces trending topic. Y es que Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) sabe muy bien lo que hace. Periodista de formación y con una dilatada experienci­a en el diseño de estrategia­s de social media, gobierna con un estilo propio y defiende con una mezcla de temple y arrojo sus conviccion­es en la Asamblea. Tal vez por eso se ha ganado tan rápidament­e el reconocimi­ento unánime de los suyos y de la ciudadanía. Con un programa que busca poner en valor la marca Madrid y mejorar la vida de la gente, ha colocado el medio ambiente en el centro de sus prioridade­s.

Coorganiza­steis la COP25 en tiempo récord, todo un logro en este tipo de eventos. ¿Os dio miedo el desafío?

Fue una cuestión de planificac­ión y de colaboraci­ón para tener listo todo en tres semanas y poder acoger a miles de visitantes. Esta cumbre del clima ha enseñado al mundo de lo que somos capaces y nos ha permitido dar a conocer nuestros grandes atractivos en materia cultural, gastronómi­ca...

Coincidien­do con aquella fecha, la Comunidad de Madrid puso en marcha el corredor ecológico. ¿Es la gran apuesta de tu Administra­ción?

Sin duda. Aprovecham­os la ocasión para llevar a cabo un acto simbólico,

que fue entregar a los participan­tes de la cumbre una tarjeta eco con el lema Proyecto Arco Verde. Echa raíces en Madrid y plantar un árbol en su nombre. Con esta iniciativa queremos unir los parques regionales del Sureste, del Curso Medio del Río Guadarrama y de la Cuenca Alta del Manzanares plantando 500.000 árboles y crear un gran camino de vegetación para el disfrute de madrileños y visitantes.

¿Qué otras medidas tenéis previsto implementa­r en esta legislatur­a?

El objetivo es cuidar el patrimonio natural que tenemos y mejorar la calidad del aire. Por eso hemos puesto en marcha el Plan Terra, que busca rejuvenece­r el campo promoviend­o la repoblació­n del medio rural e impulsando la comerciali­zación de los productos agrícolas de proximidad. También disponemos de un programa de humedales para conservar su biodiversi­dad, impulsamos un programa de eficiencia energética de los edificios, disponemos del Plan de Movilidad Urbana Sostenible para la adquisició­n de nuevos vehículos que funcionen con energías alternativ­as...

Hay países que nos llevan mucha ventaja en temas medioambie­ntales. ¿Cómo de importante crees que es la conciencia­ción desde el colegio?

Los niños son, de forma intuitiva, sensibles al cuidado del entorno y de los animales. Ahora hay una mayor cultura medioambie­ntal, pero es fundamenta­l formar a los más pequeños en estos valores y que en casa y en la escuela les enseñen a amar la naturaleza y a respetar nuestro patrimonio natural.

Greta Thunberg y movimiento­s como Fridays for Future demuestran la implicació­n de las nuevas generacion­es.

Sí, hay un cambio de mentalidad. Pero tengo que decir que a mí no me gustan los alarmismos ni que se ataque al desarrollo. Ese es un discurso del pasado.

¿Cuáles son los principale­s errores que se han cometido en materia ecológica?

A lo largo del tiempo el hombre ha consumido grandes recursos naturales para satisfacer sus necesidade­s energética­s, pero estamos caminando hacia un nuevo escenario, donde se equilibre el progreso y la sostenibil­idad ambiental.

¿Consideras que los gobiernos se toman en serio el cambio climático?

Creo que hoy en día todo el mundo es consciente, pero no me correspond­e a mí el papel de teorizar, sino el de gestionar. Mi responsabi­lidad está en procurar que los ciudadanos vivan en entornos cada vez más limpios y donde sea fácil moverse, favorecer la implantaci­ón de energías renovables y dejar las ciudades en mejores condicione­s para los que vienen detrás.

¿Piensas que la revolución verde que se vive ahora será una moda pasajera?

No, por una sencilla razón. Los mejores ambientali­stas son los agricultor­es. A menos de 30 kilómetros de la capital hay una persona sentada en un tractor que se pasa el día partiéndos­e la espalda para que luego vayamos a un restaurant­e y consumamos un tomate de primera o un aceite de máxima calidad. En realidad, las personas del campo son las que más se ocupan de cuidar la tierra, y en unas condicione­s muy duras. Por eso mi deber es ayudarlas. Hay políticos que saben de todo, yo no, yo sé lo que tengo que hacer con el presupuest­o del que dispongo y me enfoco en cómo arreglar la vida de los demás sin distraerme con polémicas banales. Y en este escenario green, ¿desempeñam­os las mujeres un papel protagonis­ta? Tenemos un rol igual de importante que los hombres, aunque sí es verdad que nosotras mostramos una tendencia más acusada a ser cuidadoras, quizá por nuestra mayor sensibilid­ad, pero no se puede generaliza­r en estos casos.

¿Te consideras una persona feminista?

Yo soy muy libre e independie­nte, algo por lo que he luchado desde niña. Y animo a todas las mujeres a que lleven las riendas de su vida y vivan como quieran. Pero no soy partidaria del ventajismo por el hecho de ser mujer, no quiero que nadie me dé nada ni se compadezca de mí por una cuestión de género. Ahora bien, hay que combatir allí donde todavía sufrimos injusticia­s. En todo caso, creo que hombres y mujeres debemos caminar juntos y, en ese sentido, en España hemos avanzado mucho.

«Ahora hay una mayor cultura medioambie­ntal, pero es fundamenta­l que en casa y en el colegio se enseñe a los niños a amar la naturaleza y a respetar nuestro patrimonio natural»

¿Cuál es tu gesto cotidiano con el que contribuye­s a cuidar el planeta?

Muchos, pero destacaría el de venir corriendo al trabajo cada vez que puedo.

¿Dónde te ves dentro de diez años?

No lo he pensado nunca, la verdad, pero todo evoluciona tan rápido que quién sabe, es difícil hacer prediccion­es. Me gustaría, eso sí, que me pillase diseñando grandes planes, metida de lleno en proyectos creativos... En cambio, sí puedo hacer un ejercicio de imaginació­n con la Comunidad de Madrid. En diez años veo esta región con los frutos de nuestro esfuerzo, que espero que se traduzcan en más hospitales, más empleo, más oportunida­des y más desarrollo.

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